Causas
– Herencia o factores genéticos: la caída del cabello, como el color de los ojos es un rasgo hereditario. El cabello se va volviendo fino con el paso del tiempo y acaba por desaparecer cuando los folículos mueren.
Al contrario de la creencia popular, los genes que provocan la caída del cabello son transmitidos por ambos lados de la familia, materna y paterna. Estos se manifiestan de manera bastante difícil de predecir, puede no afectar a los hijos y sí a los nietos, a algunos hermanos mientras que otros disfrutan de una frondosa cabellera. Salvo casos graves, se empieza a notar a partir de los 20 años y se acentúa a partir de la treintena.
La calvicie común de los varones tiene una distribución típica con ausencia del cabello en zonas frontal, parietal y temporal con conservación en la zona occipital.
– Estrés o factores emocionales: el estrés es un factor agravante de la caída del cabello. A diferencia del factor genético suele manifestarse con una caída difusa por todo el cuello cabelludo (alopecia difusa) o localizada en zonas concretas, de forma circular (alopecia areata).
– Mala alimentación: Las dietas mal balanceadas traen como resultado un desequilibrio en los nutrientes necesarios para el organismo. La falta de proteínas puede alterar la producción normal de cabello y hacer que los cabellos entren en fase de reposo y a los dos o tres meses se puede presentar un pérdida de cabello importante. La anemia y el déficit de hierro pueden ser causa de alopecia, que normalmente suele ser reversible.
– Enfermedades: puede ocurrir pérdida de cabello después de haber presentado algún tipo de proceso infeccioso, por ejemplo de hongos, fiebre elevada, cirugías, etc. Tambien en el caso de transtornos de la función tiroidea, esto ocurre, tanto en el hiper como en el hipotiroidismo. En estos casos es necesario llevar a cabo un tratamiento para normalizar la disfunción tiroidea.
También se produce pérdida en caso de que haya una disfunción de hormonas masculinas, conocidas como andrógenos, o femeninas conocidas como estrógenos. En estos casos la corrección del desequilibrio evita la caída del pelo. También suele acompañar a enfermedades como el lupus o diabetes, y suele ser un aviso precoz de la aparición de dichas enfermedades.
– Ciertos medicamentos: algunos medicamentos producen caída de pelo. Este tipo de alopecia desaparece cuando se suspende la administración de estos medicamentos. Los productos que pueden dar lugar a pérdida de pelo incluyen los anticoagulantes, las medicinas utilizadas para la gota, los quimioterápicos para el tratamiento de los tumores malignos, la vitamina A si se administra en exceso, y los antidepresivos. Está caída es reversible, generalmente sin problemas. En estos casos es importante comentárselo al médico para que cambie el medicamento si es posible.
– Malos hábitos y cuidados: el abuso de tratamientos cosméticos de mala calidad, agresivos y continuos pueden debilitar y romper el tallo capilar. El lavado y peinado excesivos y con productos inadecuados también lo dañan, causando su ruptura, y provocando un desequilibrio en la capa grasa del cuero cabelludo.
Prevención
Cuando la causa no es genética o vinculada a enfermedades, es posible prevenir la caída del cabello siguiendo unas pautas sencillas:
– Controlar el estrés.
– Llevar una alimentación adecuada: ingesta abundante de al menos 2 litros de agua al dia, frutas, verduras y proteinas nos aportarán vitaminas, minerales y materiales estructurales fundamentales en la reconstrucción capilar. Evitar en la medida de lo posible el consumo de grasas animales, sustituyendolas por aceites vegetales especialmente de oliva. Huir de fritos y decantarse por comidas a la plancha y ensaladas con aceites en crudo.
– Estar atentos a posible caida por causa de los medicamentos. Antes de iniciar un tratamiento médico o si se sospecha de que un determinado tratamiento produce caída del cabello, consultar con el médico para buscar un posible reemplazo.
– Mantener una adecuada higiene y cuidado del cabello. Usar frecuentemente champús poco detergentes adaptados al tipo de cabello, controlar el exceso de efecto traumático en el tallo capilar, cepillando el cabello con cepillos de cerdas naturales, controlar la aplicación de tintes, aplicar protectores para evitar exposiciones prolongadas al sol, agua del mar o piscinas, viento, etc. Procurar un secado a temperatura ambiente, evitando en lo posible los secadores.
Redacción Notiactual