En su columna de opinión El Espejo, publicada este lunes en el diario Últimas Noticias, titulada “A la caza del militar”, el comunicador social señaló que la apropiación y aproximación que los políticos adversos al Gobierno Nacional han intentado del área militar aún no está clara.
“En apariencia, porque es ahora cuando comienza a conocerse lo que motiva el proyecto que aspiran a llevar a la práctica. ¿Acaso buscar militares para otra aventura?, se preguntó.
Para Rangel los resultados de las elecciones parlamentarias del 26 de septiembre y la debilidad del rol de los sectores conservadores en la Asamblea Nacional (AN), aunado al crecimiento de la popularidad del presidente venezolano, Hugo Chávez, “contribuye a sembrar dudas en aquellos que imaginaban que la elección de 2012 sería un paseo floral”.
“El músculo golpista de Plaza Altamira, flácido por sus reiterados fracasos, parece despertar. Pero la caza del militar con el fin de utilizarlo en otra aventura, choca con la dramática experiencia de centenares de oficiales que amaban su carrera y la perdieron, por culpa de políticos inescrupulosos que siguen actuando impunemente. Si uno recurre a un símil, éste sería el del espejo que refleja, velada, la imagen de una profunda frustración y que recuerda que la traición no paga”, indicó.
Rangel explicó que la derecha maneja de dos formas el tema militar. El primero es acusar al gobierno de Chávez de militarista, “pero que no vacilaron en apoyar a los golpistas el 11 de abril y a los oficiales que en Plaza Altamira llamaban a la rebelión de los cuarteles. Esos carecen de autoridad”.
La segunda estrategia es crear una campaña caracterizada por la ambigüedad. Tendente a descalificar, en bloque, a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB). “Son los que promueven información falsa o tendenciosa”, afirmó.
Presentó como ejemplo de esa táctica el supuesto desmatelamiento de las FAN, argumento que continuamente esgrimen los sectores reaccionarios o el supuesto descontento en los cuarteles.
Rangel dijo que este tipo de planteamiento no facilita un debate serio. “No es constructivo. Incita al desconocimiento del Alto Mando y de su Comandante en Jefe. Preguntas obvias: ¿Qué se quiere: debate cívico o subversivo?. ¿Utilizar un metamensaje que lleve la desestabilización a la FANB para captar oficiales, tarea en que hasta ahora fracasó la oposición?”.