El cantautor dominicano Juan Luis Guerra desmintió hoy a través de sus representantes en San Juan la noticia de que supuestamente había abandonado su congregación por celos de su esposa.
Según medios dominicanos, la pastora y comunicadora Lucy Cosme sostuvo que Guerra dejó de asistir hace varios años a la congregación donde se bautizó porque supuestamente la esposa del cantante, Nora, la acusó de estar enamorada de él y de quitarle su dinero.
En respuesta, Guerra sostuvo hoy en un comunicado difundido por la oficina de representación del puertorriqueño Angelo Medina, que desde hace 12 años lleva congregándose en «una sola iglesia», Más que vencedores, de la cual es el director de alabanza y adoración, función que describió como «el mayor privilegio que un músico puede tener».
«El Señor me guió a ella, no hombre alguno. Hoy y siempre le cantaré», aseguró el intérprete de éxitos como «El costo de la vida», «Visa para un sueño», «Burbujas de amor» y «Ojalá que llueva café».
El reconocido músico afirmó que su compañera ha sido su «mayor bendición», la que lo ha ayudado a levantar sus manos cuando le «faltan las fuerzas» y que tras 26 años de matrimonio sigue «creyendo que su amor» le «queda grande».
Agregó que su pastora, a quien llamó mama Sarah, es «un regalo del cielo» y agradeció la oportunidad por enseñarles «que el reino de Dios lo heredan los valientes».
La pastora Lucy Cosme, que dirige el ministerio «Villa Bendición», aseguró a medios dominicanos que fue la primera persona que bautizó a Guerra cuando éste decidió seguir el cristianismo y afirmó que fue su guía espiritual durante unos cuatros años, cuando el autor de «La bilirrubina» mantuvo un retiro voluntario de los escenarios.
Cosme, que hizo sus declaraciones en el programa de televisión dominicano «El especial con Colombia Alcántara», afirmó que el alejamiento de Guerra de su ministerio le produjo «una gran tristeza», pero que ante la situación presentada con la esposa del artista, decidieron mutuamente alejarse de forma permanente.
Aseguró que conoció a Guerra como cliente de una institución bancaria en Santo Domingo donde trabajaba y que años después volvieron a encontrarse en la iglesia evangélica que ella dirigía.
Expresó que actualmente, a sus 48 años, es mucha la satisfacción y dicha que ha recibido, ya que está felizmente casada y dirige un hogar de acogida donde decenas de niños rescatados de las calles reciben educación, techo y apoyo espiritual