El Gladbach ganó justamente sacando el máximo provecho de una inteligente disposición táctica que terminó por asfixiar los intentos ofensivos del Bayern.
Arango jugó un buen partido, sobre todo en la parte defensiva, asistiendo permanentemente a Philipp Daems para doblar a Arjen Robben, que terminó prácticamente desapareciendo del partido.
A la buena disposición defensiva se agregó hoy el acierto en ataque de Marco Reus -autor de un gol y de un pase para otro- y de Patrick Hermann, que marcó los otros dos goles.
El primer gol del Gladbach llegó ya en el minuto 11, tras un mal despeje del meta del Bayern Manuel Neuer, que dejó el balón en los pies de Reus, que aprovechó que la portería estaba vacía para marcar desde unos 30 metros de distancia.
La ventaja tempranera hizo que la táctica elegida por el Gladbach se hiciera todavía más valiosa, con un Bayern obligado a atacar ante un muro defensivo impenetrable y que dejaba vacíos en defensa que podían ser aprovechados en jugadas de contragolpe.
En el minuto 41 llegó el segundo gol para el Gladbach, en una jugada que se inició con un robo de balón de Arango en la mitad del campo. Arango le entregó el balón a Mike Hanke que le metió un pase largo a Hermann que definió con un remate de pierna derecha dentro del área.
Las cosas se terminaron de poner feas para el Bayern cuando, el minuto 71, una genialidad de Reus dejó a Hermann sólo ante Neuer. Hermann estaba en una buena noche y no falló.
Con un 3-0 en contra, y con el rendimiento defensivo que venía mostrando el Gladbach, era difícil pensar que el Bayern pudiera tener posibilidades de remontar.
Ni siquiera tras el descuento, logrado por Bastian Schweinsteiger en el minuto 76, se vieron síntomas de que la historia del partido pudiera cambiar.
El Bayern sigue líder, un punto por encima del Gladbach, pero puede ser cazado mañana por el Schalke 04 de Raúl y el domingo por el Borussia Dortmund.