El pasado 31 de enero, se presentó en la Universidad Central de Venezuela el Plan País, como parte de un proceso para que las fuerzas democráticas expongan las principales líneas de acción para resolver la crisis por la que atraviesa Venezuela. Efectivamente, el presidente encargado Juan Guaidó, mediante acuerdo de la Asamblea Nacional nombró una comisión para la presentación del citado plan.
El Plan País ha involucrado un esfuerzo de varios meses donde han participado un conjunto de especialistas en políticas públicas orientadas a conformar una referencia para que los venezolanos encontremos en ella una luz en medio de las tinieblas que ha creado en Venezuela el Socialismo del Siglo XXI. En esta primera etapa el plan contiene tres pilares fundamentales. En primer lugar, un programa para la estabilización económica cuyo objetivo fundamental es detener el proceso de ruina nacional provocado por la hiperinflación y al mismo tiempo reactivar las capacidades productivas de la economía hoy en letargo por una política económica que ha destruido buena parte del establecimiento industrial y comercial de Venezuela. Las medidas fundamentales para derrotar la hiperinflación consisten en cerrar la brecha fiscal con financiamiento externo principalmente, evitar el financiamiento monetario del déficit fiscal y fijar la tasa de cambio del bolívar con relación al dólar, para de esta manera conjurar las expectativas de devaluación. Esto implica renegociar la deuda externa de forma transparente, rápida y amigable con los acreedores.
En segundo lugar, una nueva política petrolera dirigida a incrementar la producción de hidrocarburos actualmente deprimida por el efecto destructivo de la corrupción y el mal manejo de la industria petrolera. Partiendo de la propiedad nacional del recurso petrolero, se abrirá un amplio espacio para la participación del sector privado tanto nacional como extranjero con reglas del juego claras. Pdvsa hoy está incapacitada para liderizar una recuperación de la producción de petróleo debido a que mantiene un flujo de caja negativo y por la pérdida del talento humano que ha emigrado.
En tercer lugar, se adoptara una nueva política social cuyo norte será la protección de los hogares venezolanos en situación de pobreza crítica que hoy supera el 50%. Esta política social tiene varias dimensiones, la ayuda en dinero efectivo para que las personas compren lo alimentos que quieran y cuando quieran, asignaciones de medicinas para cubrir patologías en poblaciones vulnerables tales como niños y ancianos y un plan de capacitación laboral para que los ciudadanos se reencuentren con el trabajo y dejen de depender del Estado. El Plan País se fundamenta en el empoderamiento de los venezolanos para que así desplieguen sus capacidades creadoras, bajo la premisa que la riqueza la crea la gente produciendo e innovando y no el Estado.