Sí, leyó bien. El equipo melenudo castigó sin piedad anoche a los lanzadores de los Tiburones de La Guaira, para despacharlos 14 por 4, logrando igualarlos en el tercer peldaño de la clasificación. La cifra significa el tope de anotaciones para Caracas en un juego esta zafra.
«No esperaba un debut y recibimiento así de bueno, pero bienvenido sea», señaló Guzmán al final del juego, en la que los melenudos dispararon un total de 13 hits, tres de ellos cortesía del madero del grandeliga de los Padres de San Diego.
Guzmán puso a vibrar a la mayoría de los 11.521 fanáticos que pagaron entradas para disfrutar del espectáculo, cuando en el mismísimo primer inning y después de hacer sonar un fragmento de la canción «Rucio Moro» de Reinaldo Armas, disparó un cohete a la derecha.
Fue solo un campanazo de lo que ocurriría luego.
El toletero recibió una ovación en cada visita al plato. «Le agradezco ese gesto a los fanáticos, eso le para los pelos a cualquiera», sostuvo quien hizo las veces de designado.
La afición capitalina espera que bajo su manto el club olvide las dificultades ofensivas experimentadas en las primeras de cambio. Después de todo, se trata de un pelotero que ha impulsado 156 carreras para Caracas en las últimas tres campañas, por lo que se antoja como el remedio perfecto para un lineup que no ha contado con un buen rendimiento de sus peloteros importados.
Los que sí rindieron dividendos anoche para los Leones fueron Daniel Mayora y Carlos Rivero. El primero pegó su tercer jonrón de la zafra y se apoderó del liderato de carreras empujadas de la campaña (17). El segundo sonó un hit productor de dos en el primer episodio, que mandó a las duchas al abridor salado Barry Enright. Como si fuese poco, en el octavo sacudió un doble para fletar otras dos que sentenciaron el juego.
Lo curioso del caso es que antes del juego de ayer y según datos de Marcos Grunfeld, La Guaira había recetado 22 ceros en fila al Caracas desde el 12 de diciembre de 2010.
Guzmán llegó a poner orden.