Los recientes acontecimientos en la política venezolana ponen en manifiesto como la clase política que gobierna y la que se le opone se concentran en una confrontación que ciega el futuro de los venezolanos, quienes sienten la penumbra al intentar sobrevivir con costos elevados y una inflación galopante de la mano del perverso mercado paralelo de las divisas.
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El gobierno logró su objetivo al instalar la Asamblea Nacional Constituyente a pesar de los pronósticos que apostaban su fracaso ante el alto rechazo de la propuesta dentro y fuera del país. La primera decisión tras la instalación oficial fue la destitución de la Fiscal General Luisa Ortega Díaz, así como la aprobación de su reglamento interno. Llama la atención que se determinó dos años de vigencia (desde agosto del 2017 a agosto de 2019), tiempo suficiente para permanecer en el poder en minoría; a pesar de las amenazas de gobiernos extranjeros de intervención en Venezuela.
A la par de ello, sonadas militares emocionan al desesperanzado ciudadano quien siente que los actores políticos no hacen lo suficiente para gestar cambios en la situación del país; y es por ello que ante cualquier intento de alzamiento militar los ciudadanos sienten empatía. Al hacer un recuento después de 111 días de protestas, hay fallecidos y presos políticos, sin aparentes resultados en la exigencia de cambio del sistema político y gobierno de Venezuela; de allí que los actores políticos de oposición son señalados por sus seguidores radicales como débiles y las víboras de la política empeñadas en no ceder espacios de poder manteniéndose en el ruedo por beneficios personales; lo que en suma generan pérdida de credibilidad del ciudadano en los representantes políticos de oposición.
Por su parte, se puede ver cómo el gobierno es experto en la creación de sofismas así como de eventos distractores que desvían el foco de los problemas más graves de la política nacional (como el quiebre del sistema democrático o la ruptura del hilo constitucional), ejecutando múltiples acciones como el llevarse a Ledezma y Leopoldo a Ramo Verde en la madrugada (siendo titular del país y en materia internacional) para luego regresarlos a sus casas, anunciar que del 08 al 17 de agosto de 2017 son las inscripciones de candidatos a las elecciones regionales desatando una pelea de cuchillos entre las víboras políticas de la MUD que se ahogan en unas discusiones sin sentido.
No hay que ser politólogo para entender que si la MUD no inscribe sus candidatos el gobierno hará las elecciones regionales y seguirá ocupando espacios (siendo minoría), y si la MUD inscribe sus candidatos se corre el riesgo de que la ANC postergue o anule las elecciones. La Ciencia Política explica que en política si se dejan espacios vacíos los adversarios lo ocuparan, así que lo acertado es inscribir los candidatos y estar adentro del juego, solo los políticos (Bates Quebrados) se oponen a la propuesta porque están per se fuera del juego.