La diva latina confiesa que, a pesar de su fracaso matrimonial con Marc Anthony, sigue creyendo en el amor y en la importancia de la pareja, lo que no excluye tomar soluciones dolorosas cuando las relaciones llegan a un punto en el que dejan de funcionar.
“Creo en la pareja, en el amor. El mío era un matrimonio que no funcionaba, obviamente, por eso Marc y yo nos hemos separado. Cuando las cosas van mal, hay que buscar pronto otras soluciones”, afirmó en una entrevista con el diario El Correo.
Sin embargo, la estrella reconoce que criar dos hijos, los gemelos Max y Emme, siendo madre soltera es un reto muy exigente que le requiere un gran nivel de planificación diaria y, sobre todo, le obliga a irse a la cama más temprano.
“Ser madre soltera es difícil. Hay que organizarse más. No niego que me ha costado acostumbrarme a mi nuevo estado, pero así es la vida. Duermo bien, aunque no es fácil con los niños porque me levantan temprano, a las ocho, las seis o las siete de la mañana. He aprendido que tengo que encontrar una manera de ser un buen ejemplo, y si eso requiere meterse en la cama a las diez de la noche, pues lo hago”, explicó.
Por otro lado, Jennifer siente que ha llegado a la década de los 40 con una mentalidad mucho más madura y relajada. Aunque sigue disfrutando de su trabajo con pasión, su prioridad absoluta consiste en dedicarle tiempo a sus hijos, su familia, y su pareja.
“Hace mucho tiempo que decidí no ponerme demasiada responsabilidad sobre los hombros. Quiero vivir de la mejor forma que pueda. Cuando te presionas mucho, la gente lo percibe y puede convertirse en algo destructivo y tóxico. Ahora solo me preocupo de mi familia, de mi pequeño mundo. Convertirme en madre me ha ofrecido una perspectiva diferente de la vida y de mi carrera. Y quiero continuar así”, señaló la cantante.