Isaías Márquez: Una «Criptomoneda» Innegociable
Ante el absurdo de una criptomoneda denominada “petro” (PTR), moneda digital venezolana, basada en la tecnología de la cadena en bloques con un respaldo etéreo de las reservas naturales de la nación: desde hidrocarburos hasta metales y piedras preciosas, cuyas cotizaciones son muy fluctuantes en el mercado mundial, incierto por su naturaleza tan dinámica , aleatoria y episódica es un concepto que conforme a diversos criterios jurídicos, no está regulado de igual forma ante las diferentes jurisdicciones a escala mundial, pues aun cuando la moneda virtual no es un fiduciario, con su valor intrínseco y estrínseco, sí constituye un medio digital de intercambio. Aún así, ni los juristas ni los economistas la identifican como moneda porque no la acuña Estado alguno. Según jurisprudencias estadounidenses se trata de “un bien activo”, itangible; no una moneda.
Un instrumento que la “narco revolución” pretende imponer hasta a los compradores de petróleo, aunque la OPEP acordó, desde 2015, el pago del crudo en dólares.
Tal instrumento, inútil desde su origen, está ahuyentando a los compradores de crudo venezolano en virtud de las snciones que EEUU podría imponer a quienes transen con la criptomoneda “Petro”, según Bloomberg. En efecto, compradores de petróleo venezolano cancelaron pedidos – más de un MM de barriles ante la exigencia de pago en petros. Igual para el pago de las tarifas marítimas, así como otras tasas, impuestos y servicios básicos.
Vamos a estar claros que Venezuela está reputada como “Estado narcotraficante” y quizá la criptomoneda “Petro” constituya una forma de transar con dinero sucio, la cual el régimen pretende implementar como medio de pago hasta en cualquier “bodeguita” de área marginal, con una biometría inoperable.