Por el titubeo de la economía que ha inducido la COVID-19 y la variación de los precios del petróleo, que han tocado a todos los sistemas; principalmente, a las cadenas de suministro, el papel preciso del USD como ‘valor de refugio’para quienes buscan obtener un rédito a partir de sus ahorros, saben que invertir, conlleva, usualmente, riesgos. Pero para los inversionistas un poco más conservadores, existen opciones que se ofrecen como atractivas en tiempos de zozobra financiera, tal y como se ostenta, hoy día. La duda sea, quizá, la mayor barrera a la hora de invertir en la búsqueda de ‘refugios’. Por convención, el referente cabal que dirige, claramente, esta crisis es el USD. Pues, la moneda estadounidense (divisa dura) es, teórica y prácticamente, el valor universal, un referente sólido, reiteramos, desde décadas atrás e índice obligado al cual fijarse para poder entender, ciertamente, la dinámica de la economía global.
Su solidez habitual, aun con avatares, ha tolerado los desafíos desde el inicio de esta crisis prepandemia. La incertitud que genera un continuo del virus, agudizada por sus cepas, y acelera la resistencia a este, junto a otros factores, tales como: la guerra comercial EEUU/China, así como las elecciones norteamericanas por noviembre pasado y el hecho de que el mercado mundial haya sufrido un retraso global son factores que han originado una debilidad leve sobre esta “divisa dura”, lo que podría colocar en riesgo su primacía y generar objeciones en torno a sus frutos a cualquier plazo.
Nuestro signo monetario se sanea, relativamente, tras caída cercana a un ciento por ciento; se nivela –sobrevalúa- y baja a menos de unos cinco bolívares/dólar, por la quema de unos 105 millones de USD de nuestras reservas internacionales que efectuó el BCV, según la firma consultora Aristimuño, Herrera y Asociados, durante 11/2021 a fin de mantener, ficticiamente, una divisa baja, haciéndonos proclive a una megadevaluación, que refluirá en un aumento de pobreza crítica. Tenemos, así, el reporte de inflación del BCV durante enero pasado, equivalente a un 6,7 porciento y la interanual de un 472,5 porcentual.
Y, es así como las criptomonedas ganan terreno en Venezuela, tras megadevaluación del bolívar, con unos 14 ceros menos, entre 2007 y 2021; ahora, país multimoneda, multimedios de pago. Y, quizá, miltiespecies (trueques), por lo que es muy difícil una desdolarización, aunque el régimen busca anclar todo valor al petro, surgido como medida políticoeconómica ante el USD.
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