Entre RESERVAS y DESÁNIMO
Isaías Márquez
Fueron las características y/o actitudes de la población venezolana ante su obligación y derecho del ejercicio constitucional a votar, pese a la presencia de observadores UE, así como de la parafernalia propia del momento.
Reservas por la poquísima confianza en las autoridades CNE y sus dispositivos informáticos, impuestos por un régimen criminal e ilegítimo, de usurpación, que, desde 2004 practica mega fraudes, burlándose de los venezolanos cuando y como quiere.
Desánimo porque la población ya se siente hastiada y confundida por las innumerables promesas incumplidas, además del resquebrajamiento de los partidos políticos a causa de las ambiciones personales, lo que conlleva crisis reflejadas en las funciones que debe cumplir aquellos líderes que desempeñan funciones públicas.
Las sospechas consuetudinarias de fraude electoral refuerzan tal actitud apática; incluso, en los propios seguidores del oficialismo, aunque tengan compromiso de agradecimiento por prebendas, cargos, bonos y otras asignaciones; muchos de ellos hsdta miembros de mesa que no asistieron.
Sin embargo, el tema de mayor peso específico en estas actitudes es el de los servicios básicos (agua, principalmente) y aunque no de menor importancia: inseguridad, luz, telecomunicaciones, gas, transporte y servicios médico asistenciales. Y, por supuesto, la incapacidad para controlar la inflación y desabastecimiento.
Con abstención cercana a un 75 por ciento en promedio ponderado, por entidad, y una oposición fragmentada, el chavocastromadurismo se ha consolidado en el poder, mediante un triunfo pírrico, insolente y burlesco. “Divide y vencerás”, estrategia que ha roto las estructuras de poder opositor e inhibido la participación de los grupos de poder más pequeños, frase arch-iconocida se hizo patente en el proceso recién culminado, junto con el caradurismo del régimen ante representantes UE y comunidad hemisférica.
¡UNIÓN! ¡UNIÓN! O la anarquía os devorará! Es otra frase bolivariana que adquiere, hoy por hoy, relevancia máxima en la Venezuela actual por sus líderes ávidos de poder por el poder.