RESISTENCIA IMPLACABLE
Isaías A. Márquez Díaz
Tenazmente, con características de ímpetu, indeclinable, que ostenta en toda convocatoria a movilización; como ecuación exponencial del descontento, la oposición se revela como ícono y líder del desconcierto profundo a causa del descalabro oficialista, pues ante la represión impuesta, tal actitud se ha incrementado y hasta reconstituido; resultado sui géneris cuando se quiere erradicar algo que perjudica, como por ejemplo: la maleza; vale decir, con resultados inversamente proporcionales a los que se pretende, ya que no hay arma peor que quien la acciona contra gente inerme, en solidaridad homogénea; surge el efecto de bumerán o ley de causa y efecto, tal y como fuese el origen de la Revolución Francesa, que se inicia con la Toma de la Bastilla y, además, marca el fin de la autoridad monárquica absolutista y arbitraria del rey Luis XVI símbolo fiel de esa fortaleza; pues en ella se encierran a personas que cometen crímenes o emiten declaraciones antimonárquicas.
Hecho este preámbulo vemos como, históricamente, un pueblo pudiera dar al traste con un gobernante o sistema indeseables, pese a las desventajas tan obvias. Pues, permanecer en casa por miedo a la represión ostenta pusilanimidad y sumisión.
Volviendo al caso de Venezuela, el pueblo mantiene, vigorosamente, sus actitudes de corajudo, solidario, constante y “no negociable”, pese al promedio de unas 750 bombas lacrimógenas que se lanzan/día de represión máxima.
Por tanto, la suerte está echada, el fracaso no admite coartada y la oportunidad es única. Hasta la UE, por sus nexos atávicos con Venezuela, pide al gobierno de Maduro que respete el derecho a protestar previsto, inequívocamente, en CRBV. Asimismo, insta al diálogo gobierno/oposición, por la institucionalidad democrática.
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