Isaías A. Márquez Díaz: EL MURO DE BERLÍN, UN FINAL HONROSO

Isaías A. Márquez Díaz: EL MURO DE BERLÍN, UN FINAL HONROSO

Se cumplen 28 años de cuando la noche del 9/11/1989 cae el muro de Berlín o “muro de la vergüenza”.

Durante su existencia, el muro de Berlín no solo desgarró familias, una ciudad y un país en dos partes, lo que ya es bastante malo. También era un símbolo de la guerra fría, dicho muro representa la separación de Berlín de la propia Alemania, de Europa y del mundo, libre en una parte y en otra no libre, dividido en dos bloques: la OTAN y el pacto de Varsovia, ya que tras la II Guerra Mundial las superpotencias mundiales quedaron nítidamente reflejadas. En efecto, el planeta queda dividido en dos bloques bien diferenciados: los países aliados de EE UU, defensores del capitalismo y los países en la órbita de la URSS, bajo regímenes comunistas. De ahí, el castrocomunismo latinoamericano, con ambiciones muy particulares sobre Venezuela.

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Tal distinción da lugar a la llamada guerra fría, donde la nota predominante en las relaciones internacionales entre los EEUU y la URSS es la desconfianza mutua, lo que conlleva un clima de tensión mundial. Aquella política de acusaciones mutuas y de miedo latente hace que los países se vean forzados a tomar parte, constituyéndose dos bloques militares muy poderosos: la OTAN, conformada por EEUU y sus aliados, en 1949 y el pacto de Varsovia, conformado por la URSS y sus aliados, en 1955. Ambas potencias  viven del equilibrio del terror, en virtud del desarrollo armamentístico de ambos bloques, por la generación de armas nucleares, cuyo uso está condenado por la ONU.

El precedente de la caída del muro de Berlín se halla en la apertura de fronteras entre Austria y Hungría, durante 5/1989, ya que cada vez más alemanes viajaban a Hungría a objeto de pedir asilo en las diferentes embajadas de la RFA, lo que motiva grandes manifestaciones en Alexanderplatz, que traen como consecuencia que el 9/11/1989 el gobierno de la RDA afirme el paso hacia el oeste está permitido. La noche de ese día, manifestantes, muy pacíficamente, sin una sola detonación, derriban el muro. Y, es el final de la guerra fría.