En vista de la violación flagrante, reiterada y sistemática de los DDHH que ha caracterizado al régimen del presidente Nicolás Maduro Moros, incluso ante las disposiciones constitucionales previstas en la CRBV, Titulo III – de los Derechos Humanos y Garantías, y de los Deberes- (Art 19 al 23), situación que ahora se agudiza, obviamente, por su ilegitimidad, pues su incompetencia es notoria, así como su animadversión visceral hacia quien es bien educado e instruido y su traición a Venezuela por venderse a Cuba y a otros intereses, todo lo cual comporta una situación sociopolítica del país en términos nada favorables a su régimen, aparte de una Asamblea Nacional Constituyente inconsulta, carente de respaldo popular, que también pretende imponer a la cañona, ya que desconoce el Art 347 CRBV, documento al cual después de Dios, todos los venezolanos se apegan.
En consecuencia, sin ánimos de injerencia, estimamos, EE UU insta a Venezuela, a través de su embajadora, la sra Haley, a retirarse del Consejo DDHH de la ONU, recomendación que corrobora el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ralad Hussein, por “la crisis in crescendo de los derechos humanos”, que requiere un análisis imparcial del país, con miras a que reciba asistencia a la brevedad.
Lamentablemente, Venezuela se ha convertido en uno de los países de exabruptos represivos del planeta, y es una aberración la premisa o sofisma presidencial ¡“Constituyente o guerra”!, razón fundamental por la que no podemos esperar una mortandad a causa de una conmoción social o guerra civil para optar por el diálogo y/o la negociación.
Y, la exigencia del general Padrino a la Guardia, a fin de que cese atrocidades, solo constituye otra bufonada, a objeto de ganar tiempo.
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