VENEZUELA Y SU economía miserable
Isaías A. Márquez Díaz
Entre las acepciones de la palabra “miserable” tenemos: avaro, infeliz y escaso. Pero, en el caso que nos ocupa, el de una Venezuela menesterosa, bajo la égida de un narco Estado de gente rompiendo bolsas llenas de residuos alimenticios y otras cosas aún utilizables o reciclables, no podemos hablar acerca de otro tema que implique prosperidad, sino de economía miserable, tal y como lo señala, muy objetivamente, la agencia de información financiera Bloomberg, ya que, a diario, los venezolanos sufrimos por la búsqueda de alimentos básicos, medicinas, cualquier tipo de productos y hasta para conseguir dinero en efectivo constituye una hazaña, razón por la cual, Venezuela se perfila, por cuarta vez, como la economía más miserable a escala mundial durante el 2018.
Paradójico que un país con las mayores reservas energéticas del mundo ocupe, en la Escala del Índice de Miseria la posición uno de 66.De igual forma como ha permanecido.
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Desde el 2015. Ya, el extinto doctor Uslar Pietri nos habla de Venezuela como un pobre país RICO.
Y, con la agravante de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) estima una inflación de un 30000%, tras un 2400 % a fines de 2017, según el reporte de dicha agencia. Y, caída de casi in 55 % del PIB.
Pero, “miserable” tiene, también, la acepción “NO TIENE VALOR”, sería otra apreciación muy adecuada, pues es, además, una economía nula y sin perspectivas y/u opciones, ya que los factores de la producción han sido confiscados, cuya población se acostumbra a vivir de las dádivas estadales hambreantes y otras lisonjas electoreras.
La inflación (hiperinflación) continúa imparable, con incrementos de hasta un 75 %/semana.
Cualquier par de zapatos, sin importar modelo y/o material ha superdoa los dos millones de bolívares, por lo que ahora observamos gente en cholas de baño.
Es, sin duda alguna, copia fiel y exacta del modelo Castro cubano.