NO ES INJERENCIA NI DRAMATISMO
El sentido común desde cualquier parte de este mundo, independientemente de quienes lo ostenten, advierte, inequívocamente, acerca de las crisis que nos agobian a causa de la aplicación terca del modelo fracasado y retardatorio que rige en Venezuela desde2/ 1999, cuando el presidente extinto “comandante eterno” llegara, mediante sofismas castristas, al poder que le obcecase para dejarlo a manos del ignaro don Nicolás Maduro Moros, quien a punta de su estentórea jactanciosa ha pretendido gobernarnos sin reparar en daños irreversibles y errores crasos.
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La mayoría de los países, tales como EE UU y otros dependen de nuestro petróleo y, nosotros, de sus compras y/o pedidos. De ahí, su preocupación clara y directa, que el gobierno venezolano, tan sarcásticamente, pretende eludir mediante dizque una guerra económica que se ha maquinado en contra de la República, hoy desvencijada y exangüe.
Hasta se nos pretende inculcar que las crisis que estamos confrontando (socioeconómica y sociopolítica) son producto de planes que se maquinan desde los tiempos de Bolivar, quien pese a sus reservas justas y naturales, junto con Bello y Miranda mantuviese relaciones muy formales con EE UU, Inglaterra, Francia y España; Sobre todo, después de su encuentro con Morillo en Santa Ana de Trujillo, donde con un abrazo sellaron el Tratado de Armisticio y Regularización de la Guerra (26/11/1820), fundamento del Derecho Humanitario Internacional actual.
Incluso, Morillo considera a los patriotas como gente formal.
Hoy día, nos resulta incomprensible e inaceptable la tozudez del gobierno actual mediante la pretensión de querer hacernos victimas de intereses supranacionales, actitud que el extinto Fidel Castro mantuvo desde el inicio de su “revolución”, y ratifica su hermano sucesor, Raúl.
Isaías Márquez Díaz