Entendemos por dialogo la accion que se da entre dos o más personas: en el caso que nos ocupa: gobierno/oposición, y que supone un intercambio de ideas, expresiones, palabras y puntos de vista. Por tanto, es una capacidad que solo tenemos los seres humanos, pese a que los animales pueden comunicarse mediante sonidos, expresión corporal o los sentidos, no poseen un sistema comunicacional organizado junto con símbolos y significados específicos.
Las ciencias sociales, tales como la Sociología y la Psicología, nos muestran como las personas se correlacionan e interactúan, socialmente. Esta retroalimentación entre las personas junto con sus relaciones sociales, además de sus estructuras culturales, políticas o económicas, condicionan o favorecen, para bien o para mal, la realización, el desarrollo y la felicidad de las personas. Por tanto, no se entiende, claramente, la conducta, conciencia e inteligencia de los seres humanos sin ubicarlos en este contexto sociohistórico, político y económico que posibilita el bien de la existencia y la vida saludable y feliz de las personas o colectividad; como pudiera observarse, la raíz de estas ciencias sociales es la filosofía subyacente que se tenga, una cosmovisión adecuada y comprensión del ser humano y una ética integral.
Ante la crisis sociopolítica y socioeconómica en la cual se debate Venezuela, el camino es el diálogo, tal y como lo ha recomendado las diferentes instituciones internacionales: nunciatura, ONU, OEA, CE, así como el papa, los gobiernos y hasta el nobel de la paz; nacionales: CEV.
En Ex 33,11 Dios habla con Moisés cara a cara, como habla un hombre con su prójimo.
Sun Tzu en El Arte de la Guerra dice: “conoce a tu enemigo y conócete a ti mismo y podrás pelear en batallas sin un desastre”.
El Tratado de Armisticio y Regularización de la Guerra (26/11/1820, por la noche) que suscriben Pablo Morillo y el Libertador Simón Bolivar, y se formaliza un día después de su firma, por el abrazo célebre entre Bolivar y Morillo en Sta Ana, pues éste quería tratarle. Dicho documento constituye base del Derecho Internacional humanitario actual.
La agenda democrática impone:
- Amnistía;
- Escrúpulo presidencial;
- Elecciones regionales a la brevedad ;
- Desarme de civiles;
- Cese de la represión y acoso;
- Apertura del canal humanitario.
El diálogo trascenderá como un hecho histórico en la vida institucional del país y, así, eludiremos un caos pernicioso.
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