DESAMPARO
Aunque parece un tema etéreo, el salario mínimo en Venezuela es la remuneración ínfima a la cual tiene derecho todo trabajador; es de carácter insuficiente, impidiéndole vivir con dignidad y sin garantirle el regocijo de sus necesidades básicas, sociales e intelectuales, incluso su núcleo familiar, contrario a lo establecido en Art 91 CRBV –salario digno-.
La Ley obliga a que su incremento se defina como mínimo, por año, para lo cual debe tomarse como referencia (parámetro) el costo de la canasta básica, cuyo monto será igual para todos los trabajadores dentro del territorio nacional, y bajo ningún concepto podrá establecerse diferencia alguna entre el monto fijado como mínimo, ya sea por razones geográficas, de actividad económica o categoría de trabajadores.
MODO DE FIJARLO
Su fijación, conforme al Art 129 LOT, “el Ejecutivo Nacional establecerá cada año, mediante consulta amplia conocerá las opiniones de las diferentes organizaciones sociales e instituciones en materia socioeconómica”; lo que implica consulta a federaciones sindicales, empresariado, así como análisis de perspectivas financiero-actuarial, mediante datos estadísticos fiables que aporta BCV, CENDES e INPC/INE.
CONDICIONES SOCIOECONÓMICAS
Bajo las condiciones actuales, de recesión, un salario mínimo podría, difícilmente, garantir que un trabajador reciba por contrapartida laboral, en una “jornada completa” lo mínimo requerido a fin de poder subsistir, dignamente, con su familia. En verdad, la economía venezolana es muy enrevesada ya que tenemos muchos factores que la vienen desdibujando, como por ejemplo, la escasez de efectivo; de hecho, es una de la más golpeadas de Sudamérica y, quizá, de la región, razón por la cual el salario mínimo nuestro no cumple con sus propósitos. Incluso, en el lapso transcurrido de 2018, aun cuando presenta un incremento acumulado del 897%, según la AN, ya que el valor fijado, compulsivamente, al ojo por ciento, es absurdo, totalmente, para que alguien pueda cubrir las necesidades básicas de su familia, en un país con la tasa inflacionaria acumulada más alta de la región, cercana a un 500 %; segunda más alta, tras Argentina, según FMI Y tasa promedio de un 2,7%/día, para 7/ 2018, según INPC- INE.
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