Isaias A. Márquez Díaz: REINICIO VICIOSO

Tras el ejercicio gris del Poder Ejecutivo, durante unos seis años, desde el 5/3/2013, el viudadano presidente de la República, señor Nicolás Maduro Moros reasume el poder, para el sexenio 2019-2025, luego de su reelección presidencial (¿?) en los comicios del 20/5, ante un cuestionamiento categórico de la comunidad mundial, ostentando, además, contrapesos y vicios muy obvios: control de cambios, control de precios y unos 400-500 detenidos políticos, así como otro tanto de ciudadanos venezolanos en calidad de asilados, por disenso de ambos regímenes.

Asimismo, la desidia por dominar las corruptelas, ostensibles a todos los niveles, desde grandes proyectos, (caso Odebrecht, hasta la distribución de las cajitas CLAP).

El control de precios se manifiesta por la regulación de los mismos en virtud de la escasez por el control de divisas, ambos derivados de la huelga general de empresarios y trabajadores dic 2002/ene 2003, cuando el Ejecutivo Nacional decidió establecerlos, que, si bien se suponía serían temporales desde aquel momento, pero hasta ahora, la libertad económica y el derecho de propiedad en Venezuela se hallan constreñidos, enseñoreándose, drásticamente, todo lo cual conlleva estancamiento de la productividad y caída abrupta del PIB, equivalente a un 29,8 % durante el último trimestre 2018, según AN, a causa de la baja producción petrolera, la hiperinflación y la diáspora como factores principales de dicho descenso.

En efecto, no hay libertad de cambio y tampoco libertad de fijación del precio en la comercialización de bienes y servicios.

Maduro ha definido, oficialmente, ante la AN las seis líneas estratégicas que marcarán el sexenio a ejercerse desde el 10/1/2019 hasta el 9/1/2025.

De entre sus lineamientos principales destacan: el impulso de un proceso de reconciliación nacional; impulso de un crecimiento económico mediante un acuerdo productivo para estabilizar la economía, así como la recuperación creciente y sostenida del acrecentamiento económico.

Estaremos a la expectativa ante la ejecución del “Plan de la Patria” 2019-2025 y las formalidades que pretendan darle como “ley constitucional”, cuyo prolegómeno lo hemos venido soportando por ensayo y error, con efectos muy desalentadores y expectativas muy lejanas de recuperación.

Isaias A. Márquez Díaz