Sería muy interesante, entre otras cosas, conocer la base de equilibrio de perspectiva financiero-actuarial que el equipo económico del presidente Maduro ha utilizado para arribar al monto fantasioso de Bs S 1800,00 de salario mínimo, equivalentes a unos US$60 diarios, precio del barril, hoy día, en un país monoproductor donde no existe indización, ante unas condiciones tan inciertas tal y como las imponen los precios petroleros, a veces estables y otras muy volátiles.
Como en Venezuela ahora no hay estadísticas oficiales, pues ni el BCV publica el índice de inflación, sino que cada sector involucrado en su área pertinente, ofrece cifras, es muy poco probable que tal decisión haya sido producto de análisis concienzudos, sino de la compulsión, actitud nada avonsejable en la toma de decisiones políticoeconómicas porque no estamos en un casino, ni en un juego de ruleta rusa.
¿Cómo explicaría el gobierno el desfase y/o disparate de que un salario mínimo de Bs F 3000000,00 “suba/baje” a Bs S 1800,00 equivalentes a unos 180000000 del cono monetario anterior y/o 0,5 petros?, adefesio jurídico, que contraviene al Art 318 CRBV, ya que “en caso de que se instituya una moneda común en el marco de la integración latinoamericana y caribeña, podrá adoptarse la moneda que sea objeto de un tratado que suscriba la República”.
El Banco Central de Venezuela es persona jurídica de derecho público con autonomía para la formulación y el ejercicio de las políticas de su competencia”.
Es aquí donde la estadísdtica y el actuario parecen no haber funcionado ante las cifras erróneas que por cadena de radio y TV nos presentara el titular de la Comunicación y la Información, dr Jorge Rodríguez Gómez, sin que aportara algo novedoso, como las 800 horas trabajadas/mes.
Por otra parte, se anuncia incremento de un 2.311 % del tipo de cambio oficial (¿?).
Asimismo, el sistema de precios tampoco es novedoso ya que lo venimos efectuando por e-commerce.
En resumen, “El programa de recuperación económica, crecimiento y prosperidad” o paquetazo rojo, más las modificaciones en el área tributaria ostentan matices de incongruencia e irresolución ya que impactarán, aún más, en el consumo, en las ventas y en las finanzas de los sectores comercial, agroindustrial. Y, la carestía proseguirá.