El sector agroalimentario venezolano se caracteriza por hallarse vinculado, estrechamente, al sistema agroalimentario internacional. Es una relación que comienza a profundizarse desde 1973, durante el boom petrolero, cuando hubo un incremento brusco en las importaciones de alimentos, originando un debilitamiento de la producción nacional y se agudizó, más aún, a partir de la apertura neoliberal en 1989. Pero, en 1999, cuando Hugo Chávez asumió el poder, impulsó algunos cambios orientados a garantizar la seguridad alimentaria mediante la creación de empresas estatales de abastecimiento, como por ejemplo: MERCAL y PDVAL que podían desempeñar un rol esencial en la definición del sistema agroalimentario venezolano.
Es un sistema que se estructura en función del consumo tradicional y/o cultural de la población concentrada en los centros urbanos más importantes y sujetos, notoriamente, por su vinculación progresiva del sector agroalimentario venezolano, al sistema agroalimentario concebido mundialmente (consumo masivo), que se extrapoló hacia un grado considerable de dependencia de importación de materias primas destinadas al procesamiento agroindustrial; en efecto, el consumo alimentario de las ciudades forjaron la conformación del sistema agroalimentario venezolano y, en efecto, la estructura de producción agropecuaria, la agroindustria, el mercadeo y los patrones de consumo.
Sin embargo, diversos hechos permiten aseverar que tal nexo se remonta a períodos anteriores a la década 1970, relación que se profundiza a partir del boom petrolero de 1973, cuando al dispararse el precio del barril de petróleo, hubo un aumento brusco de alimentos importados y materias primas de origen vegetal y, como corolario, se experimentó una disminución ostensible de la producción agropecuaria, tendencia que se consolidó pese a los esfuerzos de las administraciones de turno a fin de aliviarla; de ahí, que en las grandes cadenas de automercados se ofreciera todo tipo de alimentos importados.
Pero, desde 1989 la vinculación al comercio internacional agroalimentario más el proceso de apertura y liberación que se realizó en Venezuela condicionaron, más aún, la producción interna de alimentos al comportamiento de los mercados externos