Isaías A. Márquez Díaz: Círculo vicioso, incremento salarial y dinero inorgánico
Tal y como el perro que se persigue la cola a causa de un Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) en los seres humanos, según científicos de la Universidad de Helsinki en Finlandia, se ha convertido, pero rayano en vicio, la actitud de incrementar el salario mínimo ante una hiperinflación que ha originado el propio gobierno por su poco o ningún conocimiento acerca de leyes, principios y lógica de las ciencias económicas.
Es de suponerse que en su equipo haya estadísticos y actuarios, quienes junto con los economistas deben efectuar los estudios de impacto económico, con las soluciones adecuadas a objeto de que tales incrementos no se evaporen aun antes de haberlos cobrado porque al anunciarlos todos los precios suben, automáticamente, porque no existe un programa productivo o compensatorio que lo evite o detenga momentáneamente. Entonces, al gobierno se le plantea el desafío de que tal beneficio no se convierta en sal y agua, a causa, fundamentalmente, de la restricción de divisas (US$, como moneda de uso en comercio exterior), que conlleva la emisión inorgánica de dinero, lo que además implica una forma de estafa al pueblo de la clase laboral, a quien se le suministra un papel moneda con un porcentaje significativo de devaluación, tal y como ha ocurrido con el billete de 100 mil bolívares, el cual sale a la circulación con cerca de un 36 % menos de su valor nominal.
Y, en este desbalance entre el gasto y el ingreso, está el déficit fiscal; el deficit o deuda pública que compromete al gobierno, extensiva al pueblo, quien, en resumen, es el fiador principal y solidario de la ineptitud gubernamental, mientras se buscan culpables o responsables directos entre el empresariado y otros factores exógenos.
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