Mientras Venezuela vuelve al siglo XVIII: Científicos del MIT inventan batería que funciona con la gravedad
Un equipo de científicos del MIT ha desarrollado un nuevo concepto debatería que produce energía gracias a la gravedad. Los investigadores han explicado el invento, que sigue el mismo principio físico que actúa en losrelojes de arena, en un artículo publicado en la revista científica Energy and Environmental Science.
En la década de 1970 se desarrollaron las primerasbaterías de flujo líquido, que reciben este nombre porque los materiales que se usan en los electrodos negativos y positivos permanecen en este estado de agregación. Este tipo de baterías, que funcionan a base de líquidos separados por membranas, normalmente necesitan complejos sistemas de almacenamiento, bombas y válvulas internas. El riesgo de fugas y fallos es muy elevado, por eso esta tecnología es muy difícil de mantener.
El equipo del MIT dirigido por Ming Chang buscaba un diseño alternativo que simplemente se sirviese de la gravedad como mecanismo de bombeo. Esto no solo simplifica el funcionamiento de las baterías, también reduce significativamente su coste de fabricación. El dispositivo recuerda a un reloj de arena tradicional porque, en esencia, la idea es la misma: las partículas fluyen de un extremo al otro a través de un estrecho canal y al cambiar el ángulo se puede ralentizar o acelerar el flujo de energía.
En los últimos años se han probado distintas ideas paranuevos tipos de baterías. Otro equipo del MIT dirigido por Angela Belcher desarrolló en el 2006 un dispositivo basado en la ingeniería genética: el virus M13 era lo suficientemente pequeño y flexible como para alimentar sensores capaces de identificar el cáncer y otro tipo de enfermedades.
Por el momento, la batería de arena solo es un prototipo, pero el equipo de científicos está trabajando para obtener un prototipo viable muy pronto. Las aplicaciones prácticas de esta tecnología son muy interesantes. Podrían, por ejemplo, ampliar la capacidad energética de las centrales eólicas y solares, ofreciendo así sistemas de almacenamiento mucho más grandes y estables que los actuales.