Descalzo, muy delgado, con la cabellera enmarañada y vestido tan sólo con un taparrabos; así fue hallado el hijo, Lang, de 41 años, en la selva. «Nadie en el pueblo pensaba que fuera posible que Thanh (el padre de 82 años) y Lang pudieran sobrevivir durante 40 años de aislamiento en circunstancias tan duras», asegura Ho Van Xanh, un aldeano que participó del hallazgo. Ambos fueron encontrados casi por casualidad, cuando un grupo de campesinos se adentró en la selva para buscar leña. Entonces, dieron con la cabaña que padre e hijo construyeron en la cima de un árbol.
El forzoso exilio de Thanh y Lang comenzó en 1973, después de que una mina destrozara la vivienda familiar, matando a la esposa de Than y a dos de sus hijos. Ho Van Tri, uno de los dos hijos sobrevivientes, que entonces tenía seis meses y era demasiado pequeño para huir, quedó al cuidado de unos vecinos. «Mi padre está muy débil y los médicos se están encargando de cuidarlo, pero la salud de mi hermano es buena, aunque se le ve muy delgado», explica Ho Van Tri.
Mientras que Thanh logra comunicarse a duras penas en un lenguaje hablado por la minoría cor, su hijo, Lang, pronuncia unas pocas palabras. «No entiende casi nada de lo que le decimos, y no quiere comer, ni siquiera beber agua», señala Ho Ven Bien, sobrino de Lang.