Una de las quejas de los propietarios de locales es la informalidad y facilidad de movimientos que tienen los vendedores de bisutería y accesorios playeros.
Lucas Mancini, dueño del restaurante La Isla, en el municipio Antolín del Campo, comentó que la inseguridad está dañando el turismo en la playa, pues a cada rato un turista es víctima del hampa. “Los vendedores informales deben tener una identificación”.
Mancini relató que el viernes pasado recibió a unos turistas a las 9.00 am., y media hora más tarde le habían robado un bolso a una de ellos. Según el propietario de La Isla, la autoridad municipal no ha hecho nada para resolver el problema en una de las playas más concurridas en temporadas altas.
Hace días sostuvo una reunión con directivos de la Cámara de Turismo y el director regional del Saime, donde planteó la cantidad de extranjeros indocumentados que trabajan como buhoneros.