A falta de cinco minutos para el final, el marcador era de 3-1 para Paraguay. Sin embargo, unos minutos finales muy intensos, en el partido más vibrante de la Copa, dieron paso al 3-3 con el que concluyó el choque.
En la práctica, el partido dio comienzo con el gol de Rondón. Rincón le robó el balón a Ortigoza y se la pasó a su compañero que disparó con potencia desde fuera del área.
Encajó mal el golpe Paraguay, que estuvo desconcertado durante algunos minutos, con muchas pérdidas de balón, imprecisiones en el pase y escasas llegadas a la meta de Renny Vega.
Por contra, Venezuela fue a más, encontró espacios para la contra e incluso dispuso de ocasiones para haber ampliado el marcador en alguna de sus llegadas, en especial en un disparo de Alexander González en el minuto 30 que salió muy desviado, aunque la posición era óptima para que el segundo tanto venezolano subiera al marcador.
Desaprovechar una opción tan clara se paga. Paraguay no estaba bien, pero tres minutos después, tras una falta lanzada por Torres, en la que balón incluso dio en el poste, Antolín Alcaraz aprovechó un rechace para marcar con la zurda el gol de empate.
Cuando el gol llegó, Paraguay no había hecho excesivos méritos para conseguirlo, pero el empate, que suponía la clasificación atemperó los nervios de sus jugadores y el partido se equilibró.
La lesión de Santa Cruz, sustituido por Valdez, y una falta lanzada por Orozco cerraron un primer tiempo, bien jugado al principio por los venezolanos y en el que Paraguay no reaccionó y marcó, sino que encontró la reacción gracias al gol que consiguió.
Con la misma tónica dio comienzo el segundo periodo, en el que la desaparición de las urgencias serenó al equipo paraguayo. El empate clasificaba a los dos equipos, lo que no impidió que ninguno despreciara la oportunidad para lograr el triunfo.
En un nuevo balón parado y tras un remate de Valdez, Barrios remachó en la línea de gol un tanto que daba la vuelta al marcador y colocaba provisionalmente a su equipo como líder del grupo a falta de media hora para el final.
El técnico de Venezuela, César Farías, decidió buscar el empate con todo y dio entrada a Arango, Miku y Maldonado, sin quitar a Rondón, pero su equipo no tuvo el protagonismo del primer tiempo, entre otras cosas porque Paraguay se sentía cómodo replegado en su parcela.
Venezuela había cambiado los espacios de la primera mitad por los balones al área de la segunda y el equipo paraguayo no se sentía incómodo en ese escenario, aunque un remate de Rincón, bien rechazado por Justo Villar (m.81) pudo suponer el empate.
Sin embargo fue un cabezazo de Riveros a cinco minutos del final parecía sentenciar el encuentro. Quedaba mucho. Miku empató a dos minutos del final y en tiempo de prolongación, en la última jugada y con Renny Vega que cabeceó en el área rival, Perozo puso el empate a tres.