Pese a que a finales de 2009 el Gobierno aprobó el monto de divisas que solicitó el sector para las operaciones del primer trimestre de 2010, la liquidación ha sido lenta. Sólo se ha entregado 10% de los dólares requeridos, lo que ha ocasionado que la deuda con los proveedores internacionales aumente significativamente.
González precisó que en enero la deuda se ubicaba en 1,2 millardos de dólares, pero que ahora supera los 2 millardos de dólares. “Los proveedores ya no tienen capacidad de seguir despachando mercancía sin recibir pago”.
El presidente de Cavenez afirmó que desde hace aproximadamente tres semanas las ensambladoras comenzaron administrar sus inventarios, pero que ya prácticamente se terminaron porque ninguna de las marcas ha podido renovarlo. En el primer trimestre del año la producción cayó 28%.
Aunque la entrega de divisas comience a regularizarse a partir de hoy, la reanudación total de la producción automotor podría prolongarse, en promedio, hasta tres meses, que es el tiempo que tardan los despachos internacionales en llegar a puerto venezolano, según González.
La paralización de la industria automotriz pone en riesgo alrededor de 100.000 empleos directos e indirectos. Sin embargo, el presidente de Cavenez advirtió que el impacto es mayor en vista de que las ensambladoras hacen importantes compras a los autopartistas nacionales.
Sobre la oferta de autos en los puntos de venta, indicó que dependerá del inventario que maneje la red de concesionarios.
Agregó que la cantidad de unidades en reserva no debe ser elevada porque la producción nacional aporta 80% del total de los vehículos que se venden en el país. La industria arrastra 2 años consecutivos de descenso en sus ventas.
El Nacional