Los aguaceros precipitaron unos 30 centímetros de agua sobre varias partes de la región de Krasnodar y obligaron a cientos de habitantes a refugiarse en techos o en árboles. La región más afectada, la ciudad de Krimsk se encuentra a 1.200 kilómetros al sur de Moscú y colinda con el Mar Negro.
Yulia Andrópva, residente de la ciudad de Krimsk, la localidad más afectada por la catástrofe natural, compartió a través de la red social VKontakte (una especie de Facebook ruso) los sucesos. “Lo que ha pasado esta noche es algo inimaginable. Krimsk se borró de la faz de la tierra. Lo peor es lo que ha pasado por la noche, y la gente, las familias enteras se hundieron mientras dormían, sin despertarse.
“A las tres de la madrugada salí a la calle y todavía no había agua, pero a las 3:30 ya estaba inundada. ¿Quién puede imaginarse que el agua había subido hasta el segundo piso de las casas? Es extraño ver cómo los primeros pisos de los apartamentos se quedaron completamente bajo el agua. Todo… todos los centros de comercio, el mercado, las tiendas… ahora ya no hay nada. Los coches pasaban por delante de las ventanas del primer piso, los postes y los objetos que arrastraba el agua pasaban por las ventanas del segundo piso de las casas. (…) Un gran número de personas de mayor edad se ahogó, los padres de mi amigo desaparecieron”.
El relato apunta más adelante: “Da miedo. No sé qué milagro ha ocurrido para haber sobrevivido. Todavía no me puedo creer que ya no existe esta ciudad encantadora”, escribió la joven. “Esto no es lluvia ni un aguacero… Esto es una catástrofe”, escribió en la red social VKontakte Marc Kovalenko, que presenció el siniestro. “Acabo de regresar de Krimsk, toda la ciudad está inundada, tiendas destruidas o cerradas, camiones volcados, vidrios rotos de coches”, describió”.
El lunes 9 de julio ha sido proclamado día de luto en la provincia de Krasnodar en conmemoración de los fallecidos.