Miquel Marin, quien estaba a bordo del taxi-bote nos envió estas espectaculares fotos para el disfrute de todos.
La ballena jorobada (Megaptera novaengliae), también llamada yubarta, puede llegar a tener de 12 a 16 metros de longitud en edad adulta y llegar a pesar hasta 36.000 Kg. La especie posee una forma corporal distintiva, con aletas pectorales largas y cabeza nudosa.
Es un animal acrobático que con frecuencia salta sobre la superficie para luego golpear el agua. Los machos emiten un canto complejo, el cual dura de diez a veinte minutos y se repite por horas cada vez. El propósito del canto no es claro, sin embargo, parece desempeñar una función en el apareamiento.
Las jorobadas se alimentan solamente durante el verano en las regiones polares y migran a las aguas tropicales y subtropicales para reproducirse y parir las crías durante el invierno polar. Mientras trascurre el invierno ayunan y subsisten gracias a su reserva de grasa. La especie se alimenta principalmente de kril y peces pequeños.
Al igual que los otros cetáceos grandes, la ballena jorobada fue objeto de captura excesiva. Su población se redujo en un 90% antes de la moratoria implementada en 1966. Desde entonces, la población se ha recobrado parcialmente; sin embargo, los enredos en elementos de pesca, las colisiones con embarcaciones y la contaminación acústica, continúan siendo una fuente de preocupación. Se calcula una población global de por lo menos 80 000 ejemplares y actualmente es uno de los objetivos de los programas para el avistamiento de cetáceos en Australia, Canadá, Estados Unidos, Nueva Zelanda y Suramérica.
Fundación La Tortuga como aliado de la “Coalición Venezuela por las Ballenas y Delfines”, apoya y promociona el turismo de valoración y de observación de cetáceos, por lo que aprovecha hacer un llamado a todos los usuarios del majestuoso Parque Nacional Mochima para que sean activos partícipes de la protección y conservación de este importante reservorio natural.