El huracán Dorian bajó a categoría 2 este martes al final de la mañana mientras comenzaba a moverse más rápido para finalmente salir de las Bahamas y acercarse a las costas estadounidenses.
Según el boletín de las 2:00 p.m. del Centro Nacional de Huracanes (NHC por sus siglas en inglés), con sede en Miami, Dorian avanzaba a 47 km/h con vientos sostenidos de hasta 175 km/h, cuando se encontraba a 170 km de Fort Pierce, Florida.
Si bien los vientos del huracán han disminuido, el centro explicó que se extienden a 96 kilómetros del ojo de la tormenta y los vientos con fuerza de tormenta tropical se extienden a 281 km/h.
El NHC pronosticó que este huracán «extremadamente peligroso» se moverá gradualmente hacia el norte de la isla de Grand Bahama durante las próximas horas, para acercarse a la costa este de Florida hacia el miércoles en la noche. Luego, pasará muy cerca de la costa de Georgia y Carolina del Sur, y el jueves seguirá avanzando cerca o sobre la costa de Carolina del Norte.
En el reporte de las 11:00 a.m, el centro extendió el aviso de la marejada ciclónica hasta el río South Santee, en Carolina del Sur; la vigilancia de marejada ciclónica hasta Cape Lookout, en Carolina del Norte; el aviso de huracán desde el río South Santee hasta Duck, en Carolina del Norte; y el aviso de tormenta tropical hasta Edisto Beach, en Carolina del Sur.
El gobierno de las Bahamas cambió la advertencia de huracán a advertencia de tormenta tropical para Gran Bahama y las islas Ábaco, estas islas han recibido la peor parte de la tormenta, que pasó allí casi estacionada por día y medio. Las autoridades informaron el lunes en la tarde que Dorian dejó al menos cinco muertos en la isla mayor de Ábaco.
Este martes, el Ministro de Salud de las Bahamas, Duane Sands, declaró a la agencia The Associated Press que quedó el principal hospital en la isla de Gran Bahama, quedó «inútil» y que la tormenta devastó otras partes de la infraestructura de salud.
El portavoz de la Cruz Roja, Matthew Cochrane, indicó que más de 13.000 casas, es decir un 45% de las viviendas en Gran Bahama y Ábaco – con una población de unas 70.000 personas, fueron seriamente dañadas y destruidas.
En EE.UU., las autoridades del noreste de Florida exhortaron a las personas a mantenerse alejadas de las playas debido a los pronósticos que advierten que el huracán puede provocar olas de hasta seis metros de altura en las playas del Atlántico.
Según FlightAware, al menos 1.561 vuelos desde, hacia o dentro de EE.UU. fueron cancelados el lunes debido al paso de la tormenta.