Los sindicatos franceses desafiaron al impopular presidente Nicolás Sarkozy al convocar a una huelga general por los planes para aumentar la edad de jubilación de 60 a 62 años, con la cual interrumpieron el servicio de trenes, aviones, autobuses, metro, oficinas postales y escuelas.
Del otro lado del Canal de la Mancha, millones de personas tuvieron dificultades para llegar a su trabajo debido a que la huelga de los trabajadores del metro de Londres mantuvo cerrado gran parte del sistema de transporte subterráneo de la ciudad.
Es la primera de varias huelgas planeadas para protestar por recortes laborales, los cuales, afirman los trabajadores del metro, perjudicarán el servicio y afectarán a la seguridad.
Las huelgas ocurren mientras los ministros de Finanzas de la Unión Europea se reúnen en Bruselas en medio de temores de que las crisis de deuda de los gobiernos —que alarmaron a los mercados mundiales este año— vuelva a estallar. Los ministros discutirán la aplicación de un gravamen a los bancos y también si un impuesto a las transacciones financieras serviría para enfrentar una nueva turbulencia bancaria.
En Francia, la huelga coincide con el inicio del debate en el Parlamento acerca del plan para reformar el sistema de pensiones a fin de dejarlo sin pérdidas para el 2018. El gobierno insiste en que la reforma es esencial porque las personas ahora viven más y ha exhortado a los ciudadanos a mostrar “valor” mientras trata de reducir paulatinamente la enorme deuda nacional.
Los sindicatos afirman que el gobierno ataca a una de las prestaciones sociales más preciadas de Francia, aun cuando retirarse a la edad de 62 sería una de las más bajas de Europa. Alemania, por ejemplo, ha decidido elevar la edad de retiro de 65 a 67.
Los gremios franceses esperan movilizar a dos millones de personas con las más de 200 manifestaciones que tienen programadas a lo largo del día, en momentos en que la tasa de aprobación de Sarkozy se encuentra en treinta y tantos puntos porcentuales. Una manifestación similar el 24 de junio congregó a casi 800.000 personas.
Las autoridades de aviación civil pidieron a las aerolíneas que reduzcan en una cuarta parte el número de vuelos en los aeropuertos de París. Sólo dos de los cinco trenes rápidos estarán en operación, mientras disminuyó el tráfico en las líneas de transporte ferroviario y suburbano de la capital.
El ministro del Trabajo, Eric Woertg, ha dicho que el gobierno de Francia seguirá impulsando la reforma sin importar la fuerza que tenga la protesta, la cual termina la noche del martes.
Vía AP