La Bajada de la Virgen es un acto tradicional en el que la figura de la madre espiritual de los zulianos desciende de su altar en una fiesta llena de flores y oraciones, que se iniciará a partir de las 5:00 de la tarde con una misa ofrecida por el párroco de la Basílica, Eleuterio Cuevas.
Asimismo, los grupos apostolados salen a recorrer las 9 zonas de la parroquia eclesiástica de Maracaibo, para entregar los pasquines con la programación de las actividades que se desarrollarán en los 304 años de la aparición de la Virgen Guajira, como también es llamada por los zulianos.
Los Servidores de María, con 110 años ofrendando a la madre de Dios, ya están preparados para distribuir el programa eclesial de la celebración religiosa.
Estas festividades están enmarcadas en el Cuarto Congreso Americano Misionero, cuyo lema es “Virgen María, Madre y Reina de las Misiones”.
De paseo junto a la feligresía
El cronista gaitero León Magno Montiel indicó que la Bajada de la Virgen simboliza la unión del pueblo en la fe, en el amor a María la Virgen en la advocación de Chiquinquirá. “Ella es la madre celestial de todos los zulianos y es la que nos une”, subrayó.
Eduardo Morales, fundador del grupo musical Quinto Criollo y director de Acción Intercultural y Etnología de la secretaría de Cultura de la Gobernación, explicó que la simbología más importante de este evento es que la Virgen está en el cielo y baja a tierra zuliana a compartir, a mezclarse, a humanizarse con el pueblo que la venera.
“Ella viene, se mezcla con nosotros y se va a pasear por las calles y por el Lago. Va a un barrio, va a las calles, a los pueblos de agua”, dijo Morales, quien destacó que existe una emoción entre los zulianos por recibir los pasquines para conocer si la Chinita pasa por el frente o muy cerca de la casa en su recorrido. “Hay que estar allí para sentirlo, para cantarlo y para llorarlo”, acotó.
Ana Teresa Urdaneta, fiel creyente de la Chinita, manifestó que “en Maracaibo el día de la bajada de la Chiquinquirá es especial, porque los corazones buenos se multiplican en oración por las bendiciones que trae la Virgen de parte de su hijo”.
“Tengo 66 años y desde que tengo uso de razón voy a acompañarla en su bajada hasta las orillas del Lago, para que recorra los pueblos de agua y otros municipios; en su procesión el 18 de noviembre y en la procesión de la aurora, cuando sube de nuevo a su trono”, expuso Urdaneta, quien estará en la Plazoleta de la Basílica desde las 2:00 de la tarde de este sábado para esperar a la madre de Dios.