Hay quien quiere hijos y no los tiene y quien los tiene no los quiere. La sabiduría popular se aplica al caso que estremece a Carúpano, en el oriente del país. Un padrastro —presuntamente— mató a dos niños, porque se comieron el pan que estaba reservado para el desayuno.
Los cuerpos, de un varón de siete años y una niña de cinco, ingresaron a la morgue del Hospital Santos Aníbal Dominicci, de esa ciudad del estado Sucre, el jueves en la mañana. Estaban vestidos.
“Tenían las cabezas cubiertas con bolsas plásticas. El varoncito tenía las manos levantadas, como defendiéndose, tenía golpes en el rostro y quemadas”, dijo una fuente del hospital.
El doble crimen mantiene consternado a Carúpano. “Las primeras investigaciones apuntan a que los niños habían cenado pero quedaron con hambre. Cuando los adultos se durmieron, fueron a la cocina y se comieron un pan. El padrastro los habría castigado”, contó un efectivo del Cicpc Carúpano.
En la sede del cuerpo detectivesco, en la urbanización Augusto Malavé Villalba, están detenidos la madre, Rousmerys del Carmen Rojas Rondón (22), y el padrastro, Luis Moya, de 37 años.
“El caso mantiene consternado a Carúpano”, dijo a PANORAMA, ayer, el alcalde de Bermúdez, Julio César Rodríguez. “Están adelantadas las investigaciones, en manos de los cuerpos de seguridad. Lo que hay que tener en cuenta es que hay que mantener la calma, y no dar crédito a rumores. Lamentamos cualquier muerte, pero cuando son niños es un golpe mayor”.
Las comisiones del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) de la subdelegación Carúpano, llegaron el jueves al apartamento, ubicado en la urbanización Manuel Salazar Salinas, en El Muco (al sur de la ciudad). Allí estaban los cadáveres.
“La mamá dijo que los había encontrado así, y que no respiraban. Apenas llegó el Cicpc, los vecinos comenzaron a reclamarle y a gritarle. Señalaban a ambos padres de maltratar continuamente a los pequeños”, contó un funcionario del Cicpc. “Dijeron que la madre era cómplice de los maltratos”.
Rojas y Rondón fueron presentados, ayer, ante los tribunales. “Son los principales sospechosos porque en el apartamento no se hallaron signos de violencia”, puntualizó el alcalde Rodríguez.
“Se están haciendo las necropsias. Estamos pendientes del desarrollo de las investigaciones”, comentó la primera autoridad municipal.
Funcionarios policiales informaron que “el cuerpo del niño tenía varios golpes en el rostro. Se está analizando si hubo abuso sexual, para determinar las causas exactas de la muerte”.