De acuerdo a la versión conocida sobre el trágico suceso pasional, tanto el homicida-suicida como su víctima, formaban parte del personal de la Clínica Federico Ozanam, ubicada en el mismo urbanismo zamorano.
Se informó que Celio Zapata, de 48 años, se dedicaba a montar vigilancia a su esposa, la doctora Alba Romero, y este jueves en la tarde, la profesional cuando se desplazaba al volante de su automóvil, un Chevrolet Optra, de color azul marino, placas AGP 30Z, no se percató que su marido la venía siguiendo en su camioneta Ford Runner, de color gris plata, placas AA949EP, quien sin mediar palabras la atacó a balazos en forma repetida. La médica alcanzada mortalmente herida por una de las balas perdió el control del volante y chocó contra un camión que circulaba por la calle, presumiéndose que para el momento del impacto ya había perdido la vida.
El suceso provocó gran conmoción en la urbanización Valle Arriba; en el lugar del homicidio suicidio, se congregó una gran cantidad de curiosos y personal de la clínica donde la pareja prestaba servicios. Se aseguró en el lugar que Celio Zapata ya había sido denunciado por su esposa por hostigamiento y acoso; no se precisó si el matrimonio se encontraba separado o en planes de divorcio, pero si conocidos señalaron que habían procreado dos hijos.
El homicida-suicida con frecuencia seguía a la médico y la buscaba en su lugar de trabajo, en evidente signo de estar agobiado por los celos.
Los cuerpos de las víctimas de este desenlace pasional quedaron en el interior de sus respectivos vehículos, siendo levantados por funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, adscritos a la subdelegación Guarenas-Guatire.
Vía Diario La Voz