Como resultado, queda un centenar de cajeros automáticos con una provisión de efectivo no determinada, situación que de inmediato se transforma en una especie de ruleta de la fortuna para los usuarios, quienes deben de trasladarse cuadras y hasta kilómetros de un cajero al otro, a ver en cual consiguen el premio gordo, es decir, que tenga efectivo.
Más de uno gastó al menos medio tanque entre el 24 o 25 de diciembre pasados buscando un cajero con “reales”, hubo otros menos afortunados que no tienen carro y gastaron hasta 300 bolos. Es por eso que si no quieres caer en el grupo de los que hacen turismo de cajero, te invitamos a tomar las previsiones, hacerte de efectivo antes del domingo y cancelar todos los consumos que puedas con débito, de manera que el preciado papel moneda se mantenga en tu bolsillo y no en la bandeja de algún cajero a la espera de un ganador en la ruleta.