Vestido con traje azul y todavía con porte de galán a sus 68 años, el protagonista de dos de las sagas más multimillonarias de la historia del cine («Indiana Jones» y «Star Wars») regresa al humor a costa del camino hacia el sensacionalismo en el periodismo.
Pero, a pesar de las airadas reacciones de algunos periodistas ante el mensaje de «Morning Glory» -en la que comparte pantalla con Rachel McAddams y Diane Keaton-, la rueda de prensa ha dado la razón a tan desalentador filme.
Con su habitual gesto impávido y hablando para esa camisa azul claro, Ford ha estado más bien soso y no ha querido explayarse demasiado sobre las cuestiones relativas al filme, pero ha aguantado por otra parte el chaparrón de alguna reportera que le ha declarado su amor o incluso ante una pregunta sobre la ley Sinde.
Sobre esta última cuestión ha reaccionado con la lógica incredulidad, aunque aún ha podido decir: «Siempre estaré a favor de la protección de los derechos de autor», después de que el traductor le contextualizara un poco la cuestión.
Ford interpreta en «Morning Glory», dirigida por Roger Michell (experto en comedias románticas como «Notting Hill»), a un periodista de prestigio que es condenado por su cadena a presentar junto a Diane Keaton un programa matinal en el que se recorren los mejores vídeos de internet o unas recetas prácticas para el día a día.
«Hay muchos periodistas responsables en la actualidad, pero cada vez menos. Siempre he valorado la objetividad en las noticias y últimamente sólo se busca un lugar para que la gente pueda sentirse cómoda con los prejuicios», ha afirmado, poniéndose las gafas como para dar un poco de intelectualidad a la sesión.
Pero, por si acaso, ha avisado: «Estoy muy contento con mi profesión, así que no me voy a pasar al periodismo».
También ha querido dejar claro que, en realidad, lo que más importa del filme es el mensaje de que «la ambición es un gran enemigo de la vida personal», en referencia a la joven periodista que interpreta McAddams, que no apaga su móvil ni siquiera durante sus relaciones sexuales.
Sin embargo, aunque ambiciosa, hay una oferta que sigue sin atreverse a rechazar: meterse por quinta vez en la piel de su doctor en Arqueología más querido, Indiana Jones, reto para el que todavía se ve con fuerzas.
«Físicamente no veo el problema. Lo que tenemos que encontrar Steven (Spielberg), George (Lucas) y yo es un guión que nos guste», ha vuelto a reconocer.