El gigante de Internet afirmó en un comunicado que no se dio cuenta de que sus cámaras montadas sobre coches se conectaron a redes inalámbricas domésticas abiertas al pasar por delante de las casas, incluso si no estaban conectados en ese momento.
La información sin encriptar contiene datos personales y acceso al contenido de correos electrónicos.
Google señaló que en cuanto descubrieron el error, suspendieron los trabajos para “Street View” y para revolver el problema se pusieron a disposición de la comisaria de Protección de Datos de Nueva Zelanda, Marie Shroff.
“Nuestra recogida de datos “payload” fue un error que sentimos mucho y queremos pedir disculpas a todos los neozelandeses”, expresó la nota oficial del buscador.
La empresa admitió el pasado mayo que sus automóviles habían violado leyes de protección de datos en más de 30 países, y se han abierto investigaciones en Alemania, Australia, España y Francia.
Google mantiene que no hubo mala fe, pero la organización británica Privacy International estima que existió un comportamiento criminal porque el sistema utilizado separaba de forma intencional datos encriptados y no encriptados, y registraba toda la información de forma sistemática en un disco duro.