Venezuela puso en marcha el miércoles un nuevo sistema de negociación de bonos con el que se generó un tercer tipo de cambio y que suplanta un dinámico mercado “paralelo” que era operado por las casas de bolsa.
Las instituciones tienen en su portafolio cerca de 1.200 millones de dólares de títulos en divisas que tendrán que ofertar”, dijo Tomás Sánchez, presidente de la Comisión Nacional de Valores (CNV), citado por el diario El Universal.
El Gobierno del presidente Hugo Chávez cerró a mediados de mayo el mercado alternativo de divisas, luego de que el “dólar permuta” se disparara a máximos históricos de 8,2 bolívares por dólar, alimentando una de las tasas de inflación más altas del continente.
El cierre de ese mercado desató una seguidilla de allanamientos y detenciones en una veintena de casas de bolsa, acusadas por el mandatario socialista de especulación, lavado de dólares del narcotráfico e intento de desestabilización a su Gobierno.
La CNV ratificó la prohibición levantada a las sociedades de corretaje y casas de bolsa de actuar como intermediarios en la negociación de papeles de la deuda pública o de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA).
“No podrán transar con ninguno de esos instrumentos en bolívares (bonos soberanos o de PDVSA), sólo con acciones (de empresas privadas)”, agregó Sánchez.
El controvertido mercado fue sustituido por una nueva plataforma administrada por el Banco Central de Venezuela, con la que el Gobierno busca corregir las profundas distorsiones cambiarias que aquejan al país sudamericano.
Pero analistas han dicho que el sistema carecerá de una oferta robusta de papeles, esencial para su funcionamiento.
El Gobierno dice que mantiene un volumen “importante” de papeles y que podrá apoyarse además en unos 2.700 millones de dólares que posee la banca.
La transferencia de los títulos valores en manos de las casas de bolsa a los bancos y entidades de ahorro podrían fortalecer la oferta en el Sistema de Transacciones de Títulos en Monedas Extranjeras (SITME).