El ejecutivo socialista de José Luis Rodríguez Zapatero aprobó esta reforma, destinada a impulsar el empleo y flexibilizar el mercado de trabajo, por decreto ley después de que fracasaron las negociaciones con sindicatos y empresarios para llegar a un acuerdo al respecto.
Por ello Zapatero se enfrenta a su primera huelga general, convocada por los sindicatos el 29 de septiembre, y al rechazo de los partidos, que deben votarla el 22 de junio en el Congreso.
A la alta tasa de desempleo en España, el doble que la media de la Eurozona, se unen los recortes de empleos que aplicarían las cajas de ahorros españolas, en proceso de fusión para bajar costes, y que podrían afectar al 15-20% de sus trabajadores, es decir, a entre 12.000 y 30.000 empleados, según los medios españoles.
La reforma laboral forma parte del abanico de medidas con las que el gobierno enfrenta la crisis, presionado desde hace meses por la Eurozona y los mercados para que reduzca un déficit elevado al 11,2% del producto interior bruto (PIB) y con una elevada deuda de las entidades privadas.
El ejecutivo, que acaba de aprobar un duro plan de ajuste para bajar ese déficit que implica el recorte del sueldo de los funcionarios y el rechazo de los sindicatos, tomó esta segunda medida mientras continúan los rumores sobre las dificultades financieras y la Comisión Europea le sigue pidiendo más sacrificios.
Después de que en los últimos días la prensa alemana difundiera que se prepara un plan de rescate financiero para España similar al de Grecia, que no pudo hacer frente a su deuda, el diario español El Economista publicó este miércoles que la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) preparan un plan de liquidez de 250.000 millones de euros.
“Se niega por el gobierno de España, por la Comisión Europea y por el Fondo Monetario Internacional”, declaró la ministra española de Economía, Elena Salgado, después de los desmentidos en los últimos días de Madrid y Bruselas y con una cita el viernes en Madrid entre Zapatero y el director del FMI, Dominique Strauss-Kahnn.
“Esta información es totalmente falsa”, dijo por su parte un portavoz de la Comisión tras el enésimo rumor en los últimos meses sobre una situación límite de las finanzas españolas.
“España es un país solvente, sólido, fuerte y con crédito internacional”, repitió Zapatero.
El plan de ajuste español pretende bajar el déficit ahorrando 5.000 millones de euros este año y 10.000 en 2011, pero la Comisión Europea le pidió el martes que “especifique” las medidas que incluirá en los presupuestos de 2011, en los que le llamó a ahorrar un 1,75% del PIB.
Según el diario El País, esas medidas corresponderían a un ahorro adicional de 8.000 millones (el 0,75% del PIB).
Al déficit español se suma la preocupación por la deuda de las entidades bancarias.
La deuda pública no preocupa por estar por debajo de los principales países europeos y del 60% aconsejado por la Eurozona, aunque en los últimos meses el Tesoro español está emitiendo deuda con intereses cada vez más altos y el diferencial del rendimiento de los bonos del Estado español con el Bund alemán (título de referencia en el mercado) llegó a niveles récord.
En el sector bancario, las cajas de ahorros, que proliferaron durante el “boom” inmobiliario y se han visto obligadas a fusionarse tras el parón de la construcción para recortar costes, han pedido 11.000 millones de euros a un fondo creado para ayudarles en sus fusiones, indicó el Banco de España.
Mientras, los bancos españoles, como ya no consiguen financiarse en el mercado bancario, pidieron créditos récord al Banco Central Europeo (BCE).