«¿Hay necesidad de privar del estudio a los ciudadanos para hacer esos reclamos?», se preguntó el ministro venezolano de Educación Superior, Luis Acuña, una vez iniciada la protesta.
Hay, dijo el ministro a los periodistas, «otras vías para que el personal de las casas de estudios solicite sus justas reivindicaciones laborales».
El Gobierno, agregó, «no tiene inconveniente en que cualquier persona, donde sea que trabaje, solicite reivindicaciones», porque ello «es un derecho que les concede la Constitución», pero exhortó a los profesores a «analizar si el paro es la única salida».
«Soy de los que creen que debemos seguir trabajando para darle a los venezolano las respuestas que necesitan; yo no estoy tan seguro de que detrás de los reclamos sobre las reivindicaciones no estén personas utilizando esto como una guarimba (acción violenta) contra el Gobierno», sostuvo, aunque no reportó hechos de violencia.
«Si dicen que el sueldo de los profesores está devaluado en 120 por ciento, el ajuste (en ese porcentaje) no pasará nunca, aunque entiendo los planteamientos», reiteró.
Por su parte, Víctor Márquez, presidente de la Asociación de Profesores de la Universidad Central de Venezuela (UCV), precisó que la huelga fue convocada por la Federación de Asociaciones de Profesores Universitarios (FAPUV) y que el balance preliminar determina «una escasa afluencia de profesores en las primeras horas».
«La UCV está bastante vacía» y lo mismo sucede en otras universidades, «lo que hace suponer que el gremio docente atendió al llamado», manifestó.
El Ministerio de Educación Superior, había dicho Márquez al anunciar la protesta, adeuda a los profesores universitarios «un retroactivo desde 2008», así como «pasivos laborales desde hace 4 años», entre otros beneficios, sin precisar una cifra global de la deuda.
«Nosotros le pedimos al ministro de Educación que por favor cumpla con los acuerdos» porque «el profesorado universitario está viviendo cada vez con peores condiciones de vida», añadió.
ba / Reporte360