«Es contundente la evidencia, clarísima y reciente», explicó a los periodistas el ministro de Defensa, Gabriel Silva, al término de una reunión en Bogotá con el embajador de Colombia ante la OEA, Luis Alfonso Hoyos, convocada para examinar las pruebas que se expondrán ante ese organismo internacional.
Según Silva, esas pruebas no son «cosa del pasado o un refrito», sino que demuestran que la presencia de jefes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y del Ejército de Liberación Nacional (ELN) en Venezuela constituye «una amenaza permanente» para el país.
El anuncio de esas pruebas, hecho por el Gobierno la semana pasada, ha sido cuestionado por medios, analistas y políticos, que afirman que las evidencias sobre la presencia guerrillera en Venezuela no son nuevas.
Desde el 28 de julio de 2009 esas relaciones están «congeladas» por decisión de Chávez, que consideró irresponsables las acusaciones del Gobierno de Uribe de que se había hallado en poder de guerrilleros de las FARC armamento comprado por las fuerzas militares venezolanas a Suecia.
Con la difusión de las fotos y vídeos que documentan la presencia de jefes guerrilleros en Venezuela, Uribe no busca dificultar la relación entre Santos y Chávez, sino «todo lo contrario», afirmó el canciller colombiano, Jaime Bermúdez.
Se está acusando a Uribe de «ponerle un palo en la rueda al nuevo Gobierno y es todo lo contrario», dijo Bermúdez a varias emisoras locales al subrayar que «es muy bueno» que se dé a conocer la presencia guerrillera en Venezuela, «porque el objetivo de fondo es lograr una cooperación eficaz en un tema muy sensible para Colombia».
Según los medios locales, el ministro Silva le enseñó a Santos, quien se ha mostrado conciliador hacia Venezuela, las pruebas que se expondrán ante la OEA, durante un encuentro entre ambos en Bogotá del que no trascendieron detalles ni declaraciones.
Por su parte, el embajador Hoyos indicó que Colombia ha pedido que la sesión extraordinaria convocada por la OEA para el jueves sea pública, para «no recibir ninguna clase de insultos», y agregó que Venezuela tendrá derecho a la réplica para «decir todo lo que quieran y todo el tiempo que deseen».