Prensa, 25/08/19. José Antonio Gil Yepes, directivo de Datanalisis, señaló que el rentismo y las funciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) van de la mano.
Explicó que el rentismo se basa en la obtención de una rentabilidad por encima de la del promedio de las actividades económicas. «Quien controle una fuente rentista tiende a enriquecerse y a concentrar el poder; tiende a gastarla, generando exceso de liquidez por encima de la economía real y, con ello, inflación y sobrevaluación de la moneda local, perjudicando la producción y el empleo nacional a favor de las importaciones. Para mantener el acceso preferencial a la renta y la concentración del poder, quien la controle, tenderá a repartirla entre pocos allegados», dijo Gil Yepes.
Agregó que ante el colapso del rentismo -como el que está ocurriendo en Venezuela- los principales mecanismos para superarlo son la reestructuración de la economíavía privatizaciones, mediante el pago de la deuda pública con acciones de las empresas deudoras del Estado, y la dolarización de la economía para bloquear la sobrevaluación, los déficits fiscales y la generación de dinero inorgánico e inflación.
Añadió que los préstamos del FMI permiten a gobernantes cuestionables, aplicar ajustes de la economía sin entregar el control de empresas y servicios del Estado, que continúan operando como «hemorragias impunes», seguir manejando las políticas monetaria y cambiaria y pasarle la cuenta al pueblo.
«Mientras el gobierno de Maduro, absurdamente porque es rentista, se niega a ir al FMI, miembros de la oposición política nos proponen obtener un crédito cercano a US $ 70 MMM para pagar deuda y sostener el valor del Bolívar. No puedo estar más en desacuerdo; perderíamos, otra vez, la oportunidad de privatizar empresas fallidas y de dolarizar la economía para quitarle a los gobernantes el control monetario y cambiario con el que tanto daño han hecho, incluyendo la sobrevaluación, el control de cambio y el reparto del dólar barato entre los allegados a la causa de turno».
Finalmente recalcó que el FMI necesita reformular su misión, «porque sus programas equivalen a una fuente rentista, por lo que ha resultado ser un bloqueador del desarrollo económico y democrático de los pueblos y un aliado de gobiernos autoritarios».