Ni las canas ni los 50 años que cumple mañana, 6 de mayo, han restado un ápice de atractivo al que fuera el famoso doctor Doug Ross de la serie televisiva «ER», que le catapultó a la fama desde el primer capítulo, emitido en 1994.
Su media sonrisa y un papel de seductor que parecía calcado de su vida real le proporcionaron una enorme popularidad a una edad tardía para un actor, pasados los 30, tras haber pasado por otras series de poca trascendencia y películas del estilo de «Return of the Killer Tomatoes».
Unos comienzos que no auguraban que Clooney se convertiría en la estrellas que es en la actualidad.
Desde la pequeña pantalla, el actor nacido en Kentucky en 1961, supo elegir el momento para volver al cine por la puerta grande, con proyectos populares en un principio y de más calidad una vez asentado.
La sangrienta historia de vampiros de «From Dusk Till Dawn» (1996), de Robert Rodríguez, le permitió protagonizar un regreso impactante a la pantalla grande, para a continuación meterse en proyectos de más envergadura como «Batman & Robin » (1997) o «The Peacemaker» (1997), junto a su amiga Nicole Kidman.
Por aquella época, Kidman y Michelle Pfeiffer se apostaron 10.000 dólares cada una a que el actor sería padre antes de cumplir los 40. Tras enviarle el cheque correspondiente al perder, Clooney les devolvió el dinero, apostando de nuevo, a doble o nada, a que tampoco tendría hijos antes de los 50.
Así que las actrices tendrán que empezar a preparar el dinero, porque Clooney llega mañana a esa edad sin, al menos que se sepa, haber tenido descendencia.
Ni de su matrimonio con Talia Balsam (de 1989 a 1993), ni de sus relaciones conocidas -con las actrices Renée Zellweger y Krista Allen, las modelos Celine Balitran y Lisa Snowdon o la camarera Sarah Larson-.
Tampoco parece decidido a dar ese paso con su actual novia, la italiana Elisabetta Canalis, con la que sale desde 2009, y con la que parece haber encontrado una estabilidad que lamentan sus millones de seguidoras.
Fans que han seguido su carrera desde «ER» hasta sus colaboraciones con Steven Soderbergh («Out of Sight» o la saga «Ocean’s twelve»), los hermanos Coen («O Brother, Where Art Thou?» o «Burn After Reading») o sus incursiones en el cine político («Syriana», por la que consiguió su único Óscar, o «Michael Clayton»).
Sin olvidar su faceta como director, con la que ha conseguido excelentes críticas. «Good Night, and Good Luck» es su película más destacada, con seis nominaciones a los Óscar.
Pero no sólo el cine y las conquistas han ocupado la vida de George Clooney, que se ha mostrado como un comprometido activista en favor de la población civil de Sudán.
En diciembre de 2006 viajó a China y Egipto para pedir personalmente a esos países que usaran sus relaciones con el Gobierno de Sudán para ayudar a parar la violencia en la región de Darfur y en septiembre de ese mismo año se dirigió al Consejo de Seguridad de la ONU instando a actuar en la zona.
Una faceta que ha terminado de redondear una imagen casi perfecta, de galán educado y comprometido con los más desfavorecidos, ayudado eso sí por un físico espectacular.
Algo de lo que se reía en uno de sus últimos éxitos, «Up in the air», en el que interpretaba a un ejecutivo del despido en masa que era utilizado por su atractivo por una guapa colega de trabajo que buscaba puro placer sexual.
Porque si algo está claro es que el tirón de Clooney sigue igual de fuerte pese a que ya no encabece las listas de más guapos, lo que sí hizo en 1996 y en 2006, cuando la revista «People» le nombró el «hombre vivo más sexy del mundo».
Algo que no parece preocupar al actor: «Me siento cómodo con el proceso de hacerme mayor porque es mejor que la otra opción, que es estar muerto», ha dicho con ironía en más de una ocasión.
Por lo que ahora no tendrá ningún problema por llegar a los 50, una edad en la que ya entraron el año pasado actores como Colin Firth, Antonio Banderas, Sean Penn o Hugh Grant y al que en 2012 se unirá nada menos que Tom Cruise.