Para Eleuterio Cuevas, párroco de la Basílica Nuestra Señora de Chiquinquirá, descender a la Virgen hasta su pueblo «es el mejor reencuentro con la fe. El pueblo zuliano siempre la espera con los brazos abiertos. Para nosotros, como católicos, y fervientes seguidores de María, llevar a la virgen hasta las calles de Maracaibo es una bendición».
Este año el proceso de la bajada de la Virgen morena será automatizado, es decir, desde el nicho hasta el pórtico, el traslado de la Patrona zuliana será a través de un tobogán de 62 metros de largo.
Mario Fernández, servidor mariano, explicó que el mes de noviembre tiene una importancia especial en esta entidad: «La Virgen de Chiquinquirá se venera en su templo o en la calle. Su presencia entre los zulianos con su bajada lo cambia todo. Ella tiene en su región miles y miles de gaitas, millones de versos y cientos de fieles. Personas de todo el país llegan a acompañarnos en este honor porque es una actividad que involucra a toda Venezuela».
De acuerdo con la tradición zuliana, La Chinita llegó a Maracaibo sobre las olas del lago, por ello su procesión también incluye un paseo lacustre para los próximos días.
Yeniree Bastidas, servidora mariana, explicó que, como todos los años, la imagen de la Santa también será llevada a todos los pueblos de agua del estado.
Los zulianos también organizan estas fiestas para la Virgen de Chiquinquirá en las islas Canarias, Madrid, Lima, Miami, Orlando y Montreal. Representantes de la Iglesia Católica de Maracaibo se trasladan a muchos de estos sitios para preservar y apoyar la tradición.