Ninoska Figueredo Rengel
Las fuertes corrientes de los ríos del municipio Antolín del Campo volvieron, por segunda vez en tres meses, a dejar pérdidas materiales en cientos de familias, así como sectores incomunicados.
Los sedimentos que bajaron de la montaña de Aricagua se depositaron en los patios, casas y calles de la localidad, que quedó bajo medio metro de barro.
Pobladores, como Aquiles Bejarán, el lunes en la tarde colaboraban con la dirección de la maquinaria que unos vecinos prestaron para despejar la calle principal. Contó que desde las dos de la madrugada de ayer estaban en la calle ayudando a salvar las pertenencias de amigos y familiares.
“Una casa completa la mudamos en la madrugada, para que el barro no dañara los corotos”, relató Bejarán en medio de la lluvia que duró aproximadamente 12 horas.
El acceso al sector agrícola El Coco quedó restringido.
Según balance preliminar de la Alcaldía de Antolín del Campo, en todo el municipio se contabilizaron 200 casas afectadas y dos desplomadas.
Una de las viviendas que se derrumbó fue la de Carlos Cordero, de 56 años. La vivienda de barro ubicada entre la calle principal de Aricagua y el callejón Las Flores, se hallaba sola en el momento del accidente. Cordero, su esposa e hijos estaban en sus respectivos trabajos.
La carretera de la calle principal del sector Pozo de Agua nuevamente fue socavada por las lluvias. En las precipitaciones del 4 de diciembre, esta vía quedó destrozada, el río se llevó tres carros y derrumbó dos casas. Este lunes se abrió una zanja de aproximadamente dos metros de ancho.
Sentado a la orilla del surco, Julio Díaz señaló que alrededor de las cinco de la mañana comenzó a ceder la calle de la comunidad donde reside. “Nuevamente quedamos incomunicados”.
En el sector La Cruz de Manzanillo, 30 casas se inundaron levemente por el río Tarico. “No sufrimos más daños porque cortamos las matas que atraviesan el río, es decir quitamos los obstáculos para que fluyera”, manifestó José López, vocero del consejo comunal de esta población.
En el sector La Rinconada de Paraguachí, la canalización de las quebradas sirvió para evitar daños como los vividos hace tres meses durante la vaguada.
La alcaldesa Olga Pérez informó que anoche entregaron colchones e hidratación. Habilitaron el dormitorio comunal para quienes se sienten inseguros en sus hogares por la continuidad de las lluvias que pronosticó el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inameh) durante las próximas 24 horas.