Los Filis de Filadelfia ganaron otro banderín divisional y Pence se dirige a su primera travesía de postemporada.
Roy Oswalt dominó sobre el montículo durante siete entradas, Raúl Ibáñez conectó un cuadrangular con casa llena y los Filis consiguieron su quinto título consecutivo de la División Este de la Liga Nacional al vencer 9-2 a los Cardenales de San Luis.
«He esperado este momento durante mucho tiempo», dijo Pence, el jardinero de Juego de Estrellas que se incorporó el 29 de julio a Filadelfia en un canje con Houston, que ocupa el último lugar de las Grandes Ligas.
«Es increíble y estoy disfrutando el momento. Todavía tenemos mucho trabajo por hacer. La expectativa es ganar la Serie Mundial, pero este es uno de los pasos que uno tiene que dar y es la primera vez para mí, así que es grandioso».
En una temporada en la que sólo el campeonato de Serie Mundial sería considerado un éxito, no hubo mucha fiesta en el campo. El año pasado, cuando también ganaron la división, los Filis mostraron que ya habían estado en la misma situación. Esta vez no fue diferente.
Los jugadores corrieron por el diamante un poco más rápido que lo usual, pero ellos simplemente intercambiaron apretones de manos, abrazos y palmadas como si fuera un partido ordinario de abril. Al final se pusieron sus camisetas y gorras proclamándose campeones divisionales.
Los aficionados ni siquiera gritaron tan alto, ni siquiera cuando la mascota oficial recorrió el campo con una gran bandera que decía 2011.
Sin embargo, una vez en los vestuarios, los Filis abrieron las botellas de champaña y celebraron su logro