A las 3:35 de la tarde aproximadamente, el Rey se medirá como local ante los Indios de Cleveland, en una de las seis aperturas que le restan en el calendario (libre de lesiones o cambios en la rotación de los Marineros).
Es imposible predecir cómo le irá en estas presentaciones, pero a juzgar por su desempeño en agosto, arriba a estas instancias con un nivel de forma insuperable.
Viene de su mejor mes como lanzador en su carrera, la cual comenzó en 2005. En 43.2 entradas, permitió solo 4 carreras limpias para una invisible efectividad de 0.82.
En donde no hubo progresos importantes fue en su récord, pues ganó 3 y perdió 2, gracias a que lanza para el peor equipo ofensivo del beisbol.
Pero ya agosto está en el pasado, la historia acá es lo que se avecina para Félix.
Cuesta creer que su récord de 10 y 10 vaya a cambiar notablemente hacia el final de la zafra.
Para lograr eso, tendría que pasar algo que no ha se ha visto en cinco meses de campaña: que Seattle batee y le dé las carreras de ventaja suficientes para que gane.
Así es, el criollo ha estado prácticamente por su cuenta en todo el año, y en las estadísticas que dependen solo de él, está en lo más alto de la Liga Americana. El carabobeño llega a septiembre liderando los departamentos de ponches con 200 y entradas lanzadas con 211.1 en el joven circuito. Además en efectividad, marcha segundo con 2.34, detrás de Clay Bucholtz, quien refleja una de 2.21, pero con 64 innings menos.
Es que entrando a la parte final, Félix aún tiene mucho que ganar y defender. Ya no cuenta con opciones para el mejor récord, pero afronta una gran posibilidad para terminar como el pitcher más dominante. ¿Será suficiente para el Cy Young?