Benacerraf, nacido en Caracas en 1920 y formado en Francia y EE.UU., fue presidente del Dana-Farber entre 1980 y 1992.
De familia judía, Benacerraf sufrió en su propia carne la segregación religiosa cuando fue rechazado en más de 25 universidades estadounidenses, entre ellas la Escuela de Medicina de Harvard de la que luego fue profesor y presidente del Departamento de Patología durante más de dos décadas (1970-1991).
Sus investigaciones fundamentales acerca del control genético del sistema inmunológico fueron recompensadas con el premio Nobel de Medicina en 1980 junto con sus colegas Jean Dausset, de la Universidad de París, y George D. Snell, del Laboratorio Jackson en Maine, EE.UU.
“Sus descubrimientos seminales hicieron posible mucho de lo que sabemos acerca de los procesos básicos de las enfermedades como las infecciones, los desórdenes autoinmunes y el cáncer”, dijo Edward J. Benz, Jr, presidente del Dana-Farber.
“Su trabajo ha modelado todo, desde el trasplante de órganos, al tratamiento del sida y, más recientemente, al desarrollo de vacunas terapéuticas para el cáncer”, agregó Benz.
Benacerraf llegó a EE.UU. en 1939, tras asistir a diversas escuelas en París, donde su padre se había mudado desde Venezuela para continuar con su negocio de comercio textil.
Posteriormente, y tras el ascenso de Adolf Hitler al poder, la familia de Benacerraf se trasladó a Nueva York.
La única universidad que le aceptó fue el Virginia Medical College, en la que obtuvo su licenciatura, y posteriormente se incorporó a la Columbia University de Nueva York, donde en 1942 consiguió su título en biología.
Tras hacerse ciudadano estadounidense y casarse con Annette Dreyfus sirvió una temporada en el Cuerpo Médico del Ejército de EE.UU. en diversos hospitales de Alemania y Francia en 1946.
Benacerraf publicó en 1998 su autobiografía “De Caracas a Estocolmo: Una vida en la medicina”, en la que destaca que fueron sus problemas de salud en la infancia, especialmente el asma, los que despertaron su interés en la investigación y la inmunología.
Pese a dejar la presidencia en 1992 del Dana-Farber mantuvo una presencia activa en el reconocido centro, donde era miembro del Consejo Ejecutivo y continuó trabajando diariamente en su laboratorio con más de 80 años de edad.
Benacerraf, miembro de la Academia de las Artes y las Ciencias de EE.UU. desde 1971, recibió en 1990 la Medalla Nacional de Ciencia de EE.UU.
Su única hija, Beryl Benacerraf, ha seguido los pasos de su padre y es en la actualidad profesora de radiología en la Escuela de Medicina de Harvard.
Por su parte, su hermano, el filósofo Paul Benacerraf, ocupa en la actualidad la cátedra James S. McDonnell de Filosofía en la Universidad de Princeton.
EFE