El exjefe de Estado, de 79 años, no asistió a la lectura del fallo como tampoco había asistido al juicio, y es el primer presidente francés condenado por un tribunal correccional.
Chirac fue declarado culpable por “desvío de fondos públicos”, “abuso de confianza” y “adquisición ilícita de intereses”.
Los empleos supuestamente ficticios fueron remunerados por el ayuntamiento de París entre 1990 y 1995, cuando Chirac era alcalde y presidente de su partido (RPR) y estaba preparando su candidatura a las elecciones presidenciales de mayo de 1995.
El expresidente es sospechoso de haber puesto el dinero público de la capital francesa al servicio de los intereses de su partido y de sus ambiciones electorales.
Chirac siempre negó estas acusaciones y afirmó no haber cometido “ninguna falta penal ni moral”, en una declaración leída por sus abogados durante el juicio.