Las masas se mueven hacia todos los puntos cardinales, salen más de 5000 venezolanos por las fronteras a pie a diario, sin contar los que salen por otros medios.
Los venezolanos lideran el éxodo más grande en la historia reciente de América Latina y representan una de las mayores crisis de desplazados en el mundo. Hasta el 5 de julio de 2019, 4.054.870 personas habían abandonado Venezuela debido a la crisis.
El informe de Acnur, Tendencias globales de 2018, reveló que la violencia, inseguridad, miedo a ser perseguidos por sus opiniones políticas (reales o percibidas), escasez de alimentos y medicinas, falta de acceso a servicios sociales y ser incapaces de mantenerse a sí mismos o a sus familias han sido las principales razones por las que los venezolanos han dejado la nación.
Las personas de nacionalidad venezolana representaron el segundo mayor número de desplazamientos internacionales en 2018, con 341.800 nuevas solicitudes de asilo, detrás del más de medio millón de los registros de refugiados y solicitudes de asilo provenientes de Siria, señaló Acnur.
Los datos proporcionados por la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados reflejan que entre el 31 de diciembre de 2018 y el 5 de julio de 2019 los venezolanos habían hecho 597.047 solicitudes en más de 18 países para obtener refugio. Mientras que hasta el 5 de junio de 2019, 1.870.551 connacionales tenían un estatus regular en el extranjero, que incluía permiso de residencia.
Las solicitudes de asilo de venezolanos han aumentado de manera exponencial en los últimos cuatro años: 10.200 en 2015; 34.200 en 2016; 116.000 en 2017 y 341.800 en 2018.
En 2018 tres de los diez países de los que procedían más solicitantes de asilo en todo el mundo eran latinoamericanos: Venezuela, El Salvador y Honduras.
Liz Throssell, representante de Acnur en Ginebra, indicó que esa agencia de la ONU ha destacado en reiteradas oportunidades la generosidad que han mostrado los gobiernos de América Latina para acoger a los migrantes y refugiados venezolanos.
Explicó que ante el reto que enfrentan países como Colombia, Perú, Ecuador, Chile y Argentina por la llegada masiva de venezolanos a sus fronteras es imprescindible que exista una amplia comunicación y coordinación entre los Estados de la región. Esa política nació con la hoja de ruta adoptada en la IV Reunión Técnica Internacional del Proceso de Quito, el 4 y el 5 de julio en Buenos Aires, Argentina, para facilitar la integración de las personas refugiadas y migrantes de Venezuela.
¿Refugiados y migrantes?
Acnur explica que confundir esos términos podría traer problemas para las personas refugiadas, solicitantes de asilo y para los Estados que buscan responder a movimientos mixtos (flujos de personas que viajan juntas, generalmente de forma irregular), así como malentendidos en las discusiones sobre asilo y migración.
La agencia de la ONU indica que los refugiados se encuentran específicamente definidos y protegidos en el derecho internacional por la Convención de 1951, el Protocolo de 1967, el Convenio de la OUA de 1969 y la Declaración de Cartagena sobre Refugiados de 1984.
Los definen como personas que huyen de su país de origen a causa de un temor fundando de persecución, violencia, conflictos internos, transgresión de los derechos humanos u otras circunstancias que hayan perturbado el orden público de su país y que, por consecuente, requieren protección internacional.
La situación de esas personas es tan peligrosa e intolerable en la mayoría de los casos que se ven forzadas a cruzar las fronteras nacionales caminando o en embarcaciones para buscar seguridad en países cercanos, y, así, ser reconocidos internacionalmente como refugiados, con acceso a asistencia de Estados, Acnur y organizaciones relevantes.
Uno de los principios fundamentales que establece la Convención de 1951 es que los refugiados no deben ser expulsados o devueltos a sus países de origen, pues sus vidas y libertad correrían peligro.
Aunque no existe una definición legal uniforme del término migrante en el ámbito internacional, se puede entender como la persona que se mueve a través de las fronteras internacionales para mejorar sus vidas encontrando trabajo, o en algunos casos por educación, reunión familiar, o para aliviar dificultades significativas debido a desastres naturales, hambruna o pobreza extrema.
Generalmente, los que abandonan sus países por esas razones no serían consideradas como refugiados según el derecho internacional, indica la Agencia de la ONU para los Refugiados